La redención de Ángela Arcade: la booktuber y autora colombiana hace una reseña honesta de su libro, "Dorian"
Una escritora que hace una autocrítica: Ángela Arcade reconoce 10 errores que cometió en su primera novela
No sé si se acuerdan, pero hace algunos meses publiqué un artículo acerca de cómo afronta las críticas Ángela Arcade, una booktuber que reseña libros y que también es escritora. Ella publicó su primera novela juvenil, “Dorian” (Planeta, 2024) el año pasado. Escribí sobre Ángela, no por una cuestión personal hacia ella, sino porque su caso me sirvió para abordar una temática que me interesa: cómo se toman las críticas de sus lectores los escritores profesionales. He visto a más de uno, inclusive autores consagrados y con una extensa trayectoria, enfurecerse con lectores que les criticaron sus novelas, aunque lo hayan hecho de una manera respetuosa y constructiva.
Algunos escritores de novela juvenil hasta les contestan, indignados y enfadados, a los booktubers o influencers en YouTube o Tik Tok cuando sus reseñas son negativas, de esto habló la española Marta Morales -una excelente booktuber que descubrí hace poco- en un video. Si no es el escritor, es el fandom, los fanáticos de los mismos, como le sucedió a la propia Ángela Arcade tras reseñar de manera honesta las novelas “Maravilloso Desastre” de Jamie McGuire y “After” de Anna Todd, ella tuvo que borrar las reseñas porque los fans la insultaron y hostigaron en los comentarios de los videos. Fíjense el nivel de intolerancia que hay en Internet hacia la libertad de expresión, el pensamiento crítico y la honestidad profesional de los reseñistas de libros.
¿Por qué los escritores profesionales se enojan tanto con las reseñas honestas de sus lectores?
En éste caso, no me refiero a la booktuber colombiana, que es una autora joven y novata, sino a otros consagrados, exitosos y muy famosos, como los escritores que ella reseña. Por lo general, los autores bestsellers están acostumbrados a recibir reseñas positivas y a veces, elogios desmesurados de la prensa. Por lo tanto, cuando los escritores se encuentran con una reseña honesta y descarnada de un lector, ya sea en Goodreads, en blogs literarios independientes o en YouTube, por lo general, se lo toman a mal. Se enfurecen, se enojan de verdad. ¿Y cómo no enfadarse, si están acostumbrados a que casi toda la prensa cultural les diga que son los mejores escritores del mundo, que publican una obra maestra tras otra, aunque los reseñistas tal vez no lo piensen de verdad, pero los adulan igual para quedar bien, por miedo o porque son sus amigos? Aclaro que no estoy acusando a nadie, sólo expongo lo que veo, lo que observo como lectora. Y si alguien decide ofenderse por mis sinceras opiniones, sepan que me importa poco y nada (si les incomoda lo que escribo, pues no me lean, así de simple 😉). Los que me leen, ya me conocen. Yo no soy complaciente, soy muy incisiva cuando escribo.
Cuando es tu amigo el que reseña tu libro, nunca va a ser del todo imparcial. Es muy probable que el reseñista amigo del autor le haga alabanzas, le dé palmaditas en la espalda y que si algo de la obra en cuestión no le gustó o no le convenció se lo calle, para no herirlo ni ofenderlo. No digo que sea así en todos los casos, hay gente que sí demuestra honestidad profesional en su trabajo (no meto a todos en la misma bolsa, eh), pero algunos no. Algunos son muy proclives a la adulación, porque adular de manera exagerada a la persona adecuada trae beneficios a la carrera profesional de muchos.
Lo he visto en varios ámbitos, inclusive en la universidad donde estudié: estudiantes que literalmente, les "lamían las botas" a profesores (académicos reconocidos con sus posgrados y doctorados), que les encantaba que los halagaran y a lo largo de un tiempo, obtenían becas remuneradas o plazas de profesores de prácticos, apenas graduados. Un compañero mío, hasta lo admitió en una conversación conmigo, feliz y orgulloso de haber llegado tan lejos en la Academia por la astucia que tuvo de adular al profe indicado de manera desmesurada.
Entonces, los escritores exitosos se acostumbran a que les hagan alabanzas de sus libros y cuando se encuentran con un lector que en Goodreads, por ejemplo, les marcó de manera honesta que tuvo algún error en su novela o que hay aspectos que no les convencieron de la misma -o que no les gustó su libro- tienen ganas de fulminarlo con un rayo como si fueran Zeus, el dios griego. "Si todos me dicen que soy el mejor escritor del mundo y que soy maravilloso en mi trabajo.... ¿Quién se cree que es éste insignificante lector para cuestionar mi obra? ¡Voy a aplastarlo como a una cucaracha!", pensarán los autores, enfurecidos porque no recibieron los habituales aplausos de rigor. Cuidado con los amigos del campeón, señores escritores de éxito.
Ángela Arcade no fue la excepción a la regla, cuando recibió las primeras devoluciones de su novela “Dorian”, sólo valoró y respetó las reseñas de sus booktubers amigos, que fueron todas positivas. La escritora colombiana se puso a pelear con los lectores -y a burlarse de ellos, mostrándose muy despectiva- que en la plataforma Goodreads le hicieron críticas constructivas, aunque fueron escritas de manera educada y respetuosa. No voy a extenderme porque ya escribí sobre ésto aquí.
Una cosa no quita la otra: Ángela Arcade es la mejor reseñista de libros de YouTube y de Internet
A pesar de que desaprobé la actitud de Ángela -sucumbir al ego y la vanidad del escritor profesional, “subirse al pony” tras ver su nombre inmortalizado sobre la portada de “Dorian”- una cosa no quita la otra: sigue siendo la mejor reseñista de libros que hay en YouTube y en Internet. Jamás leí en ninguna web, blog, revista literaria, o suplemento cultural a alguien que reseñara con la honestidad, la inteligencia, agudeza y crudeza de Ángela Arcade. Miren que conozco a muchos booktubers, pero ninguno como ella. No le importa incomodar y enfadar a los fanáticos de las novelas que critica, no se vende por conveniencia, por eso la apoyo como reseñista.
Podemos estar de acuerdo o no con sus valoraciones pero cuando uno mira sus videos -al menos los que tenemos formación académica en Literatura–, se da cuenta de que sabe muy bien de lo que está hablando. Reseñar libros con pensamiento crítico y honestidad intelectual, no es nada fácil. La literatura es un arte complejo, lleva muchos años y estudio aprender a hacer un análisis literario, formalista, como los que hace la booktuber colombiana en su canal. Por eso, da gusto escucharla reseñar libros, ya sean críticas positivas o negativas de libros que ni siquiera leí, como la saga “Alas de sangre” de Rebecca Yarros.
Voy a comentar algo que no tiene que ver con la literatura, pero sí con análisis de personas que saben de lo que están opinando, evaluando. Ustedes saben que mi deporte favorito es el tenis (como espectadora, porque siempre fui una pésima deportista) porque ya lo mencioné en otras oportunidades. La cuestión es que estaba leyendo las noticias por Internet y hubo una que me arrancó una sonrisa y una mirada repleta de ternura. Mi chico favorito de Tandil -a mí me gusta llamarlo así, aunque mida casi dos metros-, el tenista (yo no me acostumbro a decirle ex tenista, para mí va a ser tenista toda la vida, aunque no compita más) Juan Martín del Potro, comentó en Twitter la final del torneo Roland Garros entre el italiano Jannik Sinner y el español Carlos Alcaraz, un jugador del cual se declaró fan.
Lo hizo muy bien, de una manera analítica, lo más imparcial posible, sin tomar partido por ninguno de los dos. La final, duró cinco horas. Lo que más me gustó es que Juan Martín reconoció el talento de éstos dos deportistas jóvenes y recalcó el respeto y la educación entre ambos, valores que según él, aprendieron del Big 3: Nadal, Federer y Djokovic. Del Potro siempre tuvo un humor muy particular, muy ocurrente: nadie le cree que no sabe de tenis como para comentar sobre la final de éste Grand Slam. 😂Los que lo vimos jugar semifinales o finales de cinco horas en Grand Slams, los Juegos Olímpicos o Copa Davis somos testigos de que éste hombre está más que capacitado para analizar un partido de tenis, aunque lo haya hecho de manera espontánea, como un espectador más. Pero fue un gesto muy bonito el suyo, felicitar a ambos jugadores y reconocer su talento. Me gustaron mucho sus comentarios del partido.
Les dije que a veces me equivoco, el año pasado afirmé que el tandilense nunca se veía tan hermoso como cuando se viste de tenista, pues erré. Vestido de camisa y traje -publicó una fotografía caminando por la playa, hace unos meses-, es imponente. Tiene una belleza que quita el aliento. O al menos, eso también opinan sus fans femeninas (siempre las tuvo a montones, hay que admitirlo) en Instagram. Hasta llegaron a decirle que era "el hombre más guapo del mundo". Yo no tengo esa red social, pero si la tuviera, le escribiría, con cierta picardía argentina, que es “lo más lindo que vi en la vida”. Siempre fue un hombre hermoso, las cosas hay que decirlas. Me sale lo fangirl, disculpen. En fin, no crean que soy una superficial que solamente ve una cara bonita, a Del Potro siempre le admiré su humildad y su talento como deportista. Me alegra que esté mirando tenis de nuevo, espero que sin sufrir. Y también me gustó mucho el gesto de Gaby Sabatini, que fue al estadio donde se jugó la final, en París, a ver en persona el partido entre Sinner y Alcaraz. Gaby es una genia. Es muy lindo e importante que apoyen a las nuevas generaciones de tenistas, porque ellos, son el futuro.
Dejo de lado la digresión sobre mi adorado deporte de las raquetas y regreso al tema que nos convoca aquí: la redención de la booktuber Ángela Arcade. Para reseñar literatura no hace falta tener un título de grado y posgrado en Letras o Filología -sino, yo no debería reseñar música, ¿no?- pero sí es cierto que vas a tener más herramientas técnicas y conocimientos teóricos que una persona que estudió otra carrera, aunque sea de Humanidades. Me gusta el trabajo de Ángela como reseñista, ya sean críticas positivas o negativas, porque nos ayuda a los espectadores a reflexionar sobre la literatura y a ejercitar el pensamiento crítico. Y eso es en parte, lo que éste arte debe hacer. Ángela se mete con autores famosos, consagrados, con miles de fanáticos, y hay que tener coraje para eso, porque muchos se lo toman a mal y la atacan en las redes sociales. Por eso la admiro, por su integridad moral como reseñista.
Por este motivo, me alegra mucho que después de la pésima actitud de Arcade con los lectores que le hicieron una crítica constructiva de “Dorian”, haya recapacitado y decidido hacer una autocrítica. Sobre todo, porque su video le puede servir mucho a los autores jóvenes que quieren publicar su primera novela. Escudarse en el ego, la soberbia, porque una editorial importante, una multinacional te publicó tu libro, no es el mejor camino para una joven escritora. Tampoco para los consagrados, que tampoco están exentos de caer en esto, en la intolerancia hacia las críticas constructivas -ya sea de lectores, booktubers o críticos literarios-.
No me parece bien desacreditar a tus lectores, burlarte de ellos o despreciarlos porque se atrevieron a expresar que hubo aspectos de tu novela que no les convencieron o gustaron. Con esto, no me refiero sólo a Ángela, conozco muchos escritores famosos y otros que no lo son tanto, que alguna vez tuvieron una actitud similar. Ponerte a la defensiva, pelear con tus lectores y “subirte al pony” porque te publicaron, es una actitud deplorable, muy inmadura y poco profesional. Humana, por supuesto, no estoy demonizando a los escritores que se comportaron así alguna vez, pero no está bueno hacer oídos sordos a lo que te comentan tus lectores. No en vano la reconocida autora española Rosa Montero afirmó, en su ensayo La loca de la casa, que “los escritores sufrimos de vanidad”.
En su momento critiqué a Ángela por su actitud con sus lectores, hoy voy a felicitarla por haber recapacitado y reconocido sus errores, con humildad e inteligencia. Hace poco, en un video, dijo que “a los escritores nos cuesta lidiar con el ego”. Tiene razón. Está bien que lo admitiera. Todos somos seres humanos, podemos equivocarnos o cometer actos lamentables, pero lo importante es reconocer que estuvimos mal y hacer una autocrítica. Ángela Arcade tuvo la buena voluntad de realizar con su novela “Dorian” lo mismo que hace con los escritores que ella reseña: una crítica honesta. Se equivocó peleando con sus lectores, pero con el paso del tiempo, admitió que cometió errores en su libro. Ellos no eran malos, injustos o quejosos, sino que tenían razón en muchas de las cosas que le marcaron en Goodreads. Nadie la va a poner en la hoguera por equivocarse en la escritura de “Dorian”, era predecible que la novela no fuera perfecta -todos los autores novatos erran, es normal- y también que los lectores dieran su opinión sincera, porque pagaron por sus ejemplares, entonces, tienen derecho a hacerlo.
El autor que publica un libro, sea del género que sea, debe saber que va a estar expuesto a las críticas, sean positivas o negativas. Los lectores no son malos, sino que esas son las reglas del juego. Si no te la vas a bancar, no juegues, no publiques. Así de simple. Ya escribí sobre esto en Porqué me apodaron la Cersei Lannister de las reseñas sinfónicas (y literarias), que es el artículo más leído de éste blog. Reconozco que en ese post me puse más mala que Milady de Winter, pero explica mi opinión al respecto. Yo SIEMPRE voy a defender la libertad de expresión de los lectores, estemos de acuerdo con ellos o no.
Los 10 errores que cometió Ángela Arcade en "Dorian" (según ella misma)
1. Correr en el proceso de edición
Ángela Arcade dijo que Editorial Planeta no le hizo sugerencias respecto a la edición de su libro, que le dieron poco tiempo y que tuvo que hacerlo ella sola. Me parece una bestialidad que una editorial tan importante, que cuenta con recursos para pagar un editor profesional para que revisara y corrigiera "Dorian" , no le ofreciera los servicios de uno porque es una escritora novata. Por más maestría en redacción y corrección de estilo que tenga Ángela, no deja de ser una autora nueva que necesitaba a otra persona con más experiencia que ella para que le ayudara a que la versión final de su manuscrito tuviera la menor cantidad de errores. Un escritor no puede ser su propio editor, porque hay detalles que se le van a pasar por alto, es muy difícil que uno mismo detecte los errores propios de los textos que escribe.
En éste caso, los que estuvieron mal fueron los de la Editorial, que no la ayudaron con el proceso de edición y encima, la apuraron para que les entregara el manuscrito. Me sorprende que a Planeta no le importe cómo quede el libro, sino que lo único que les interese sea publicarlo rápido. Es muy irresponsable de parte de ellos no cuidar a una autora nueva de su catálogo. Publicar "Dorian" sin que un editor con experiencia revisara el libro, fue como arrojar a Ángela Arcade a una jaula llena de leones. Muy mal de parte de Planeta.
2. No dejar reposar el libro una vez terminado.
La booktuber colombiana afirma que debió darle un respiro al manuscrito, para leerlo por completo de nuevo. A menudo sucede que uno se apura, en el afán de publicar un texto y no lo revisa lo suficiente. Me pasa a mí con las reseñas que traigo acá, a veces encuentro pequeños errores de puntuación o gramaticales y salgo desesperada a corregirlos, a reeditarlos, horrorizada de mis propias equivocaciones en la redacción.
3. No tener suficientes lectores BETA.
Otro error que cometió Ángela, según ella, fue "no tener suficientes lectores BETA" de su manuscrito, tuvo una sola y encima, la apuró para que terminara de leerlo. La booktuber sostiene que es importante tener profesionales del rubro (profesores de Literatura, editores, críticos literarios, escritores) que lean el manuscrito para advertirte de las RED FLAGS, las banderas rojas, los posibles errores que un escritor puede cometer en su novela.
Yo escribí en diciembre sobre esto, ¿Se acuerdan? De una novela que para mí es súper importante pero que el editor no hizo su trabajo como correspondía, no la revisó lo suficiente para advertirle al autor que había un error muy grave en la misma, antes de publicarla. Seguramente, el editor tal vez detectó el error, pero lo dejó pasar para no enfurecer al escritor y el resultado, es que la que terminó furiosa con la dichosa escena del libro fui yo 😂.
El año pasado, escribí una ponencia académica sobre la novela "El pintor de batallas" de Pérez-Reverte en la que no me di cuenta de los errores gravísimos que tenía el primer borrador. Se la entregué a uno de mis antiguos profesores -un académico veterano, con canas en la barba- que la leyó, la corrigió y me ayudó, marcando todas mis equivocaciones en rojo. Así fue como pude reescribirla y no pasé vergüenza cuando expuse mi trabajo en la universidad delante de otros académicos y estudiantes.
Lo primero que hice cuando pedí participar en la mesa de Literatura Contemporánea del pequeño Congreso, fue decirle a mi docente: "Hace un año que no curso, estoy oxidada con la escritura académica, seguro va a haber errores. Por favor, léala (la ponencia) porque necesito que alguien con más experiencia en ésto, en las exposiciones, me ayude a que quede lo mejor posible". Y así fue, no me extiendo más porque ya conté antes ésta anécdota en el blog. Por supuesto que me equivoqué con el primer borrador, mi ponencia de "El pintor de batallas" no era lo suficientemente formalista, yo no detecté mis errores, pero mi profesor sí y me los marcó todos. Imagínense que no te marquen bien las equivocaciones en un libro entero, el resultado puede ser mucho más grave que en una ponencia de seis páginas. Por lo tanto, Ángela Arcade tiene razón cuando recalca la importancia de los lectores BETA. Eso era lo que ella necesitaba y la Editorial estuvo muy mal en no ayudarla.
4. No imprimir el manuscrito.
La autora dijo que en papel, los capítulos de "Dorian" eran más extensos de lo que ella pensaba. Un error grave que cometió fue no imprimir el manuscrito. En PDF o Word, parecían más cortos de lo que en realidad eran. Por eso es importante que otra persona edite tu libro antes de que se publique. Éste error de Ángela es muy común, a mí me sucedió con mi ponencia, en la cual mi profesor me hizo cortar el apartado sobre el personaje de Olvido Ferrara, porque ya eran nueve páginas y para un trabajo de exposición era demasiado extenso. Él tenía razón.
5. Ser muy celosa con tu obra.
Mi apartado favorito. Muy bien, Ángela, muy valiente de tu parte admitir esto. La colombiana comentó la inseguridad que sintió al compartir su texto literario con el resto de las personas. Y esto le sucede a todo aquel que publica en un lugar público, ya sean novelas, artículos periodísticos, reseñas....
Lo que le pasó a Arcade, el enojo ante las reacciones de sus lectores, es algo que les sucede a muchos escritores, inclusive a los veteranos, que son MUY SUSCEPTIBLES con las opiniones de aquellos que los leen, que cuando no son las que ellos esperaban, se ponen un poco -bastante- gruñones.
Acá se ponen en juego el ego y la vanidad del escritor. Ángela afirmó que "el escritor no debe tener vergüenza y obsesionarse con ser perfecto", que fue lo que le pasó a ella con "Dorian", su primera novela. Quiso escribir un libro perfecto y no pudo, y es normal, porque es joven, novata y sobre todo, humana. Ella dijo que errores tienen todos los libros... bueno, eso es relativo. Yo diría que los que se equivocan son "los escritores vivos". El Quijote no tiene ningún error, pero no todos pueden ser Miguel de Cervantes.
Creo que Ángela fue muy dura consigo misma -seguro que le dolió leer que a sus lectores "Dorian" no les pareció una novela perfecta- pero no debe desanimarse, sino, como ella misma dijo, reconocer que está en un proceso de aprendizaje. Nadie está exento de meter la pata alguna vez, hasta los autores veteranos y con una trayectoria extensa erran a veces... Si Pérez-Reverte, que lleva 35 años publicando novelas, se equivocó escribiendo la escena erótica de "La isla de la Mujer Dormida" (una escena totalmente incongruente con la personalidad de su protagonista femenina, Lena Katelios).... ¿No te vas a equivocar vos, Ángela, con la primera novela que escribís? Era más que predecible que "Dorian" iba a tener errores. Pero no tiene que castigarse, sino tomarlo como una experiencia enriquecedora. De los errores, se aprende. Eso sí, los lectores que te marcan esto no son malos ni envidiosos ni injustos. Los escritores deberían ser más humildes y reconocer cuando ellos se equivocan, no echarle la culpa al otro.
6. Creía que los lectores querían ver más al personaje principal que a las conspiraciones.
Ángela admitió que no pensó en sus lectores, que se entusiasmó escribiendo sobre Dorian, el protagonista de la novela y no se dio cuenta de que se estaba excediendo, perjudicando el ritmo narrativo. No tener autoconciencia de escritora es algo que le sucede a cualquier novato. Lo bueno es que Arcade reconoció éste error, porque muchos lectores se lo marcaron en Goodreads. Hay algo que yo le rescato a Ángela Arcade: nunca se enojó con un lector que le comentara en su canal de YouTube que su novela no le gustó. En ése sentido, siempre fue muy educada con ellos.
7. No "matar a tus queridos". Que el estilo afecte al ritmo narrativo.
La booktuber colombiana menciona la importancia de que hay escenas que cortar, reducir o eliminar del manuscrito original. Se refirió al exceso de descripciones que pueden arruinar una novela, porque no siempre son necesarias. Ella reconoce que es más importante el ritmo narrativo que el léxico, el vocabulario con el cual un libro está escrito. De esto se quejaron sus lectores, el año pasado. El problema que tiene "Dorian", según los que lo leyeron, es que su estilo literario, recargado y en exceso poético, relantizó el ritmo narrativo y que por eso el libro era muy aburrido, que la historia "no arrancaba más". Está muy bien que la autora reconozca éste error para evitarlo en la segunda parte de su novela.
Es importante saber "contar una historia" pero mucho más es que los escritores se planteen de qué manera lo hacen. Esto ya se lo preguntaban los griegos cuando estudiaban Retórica. Si la historia que el autor está contando no es interesante para el lector, y las descripciones innecesarias no aportan nada, no te sirve utilizar un léxico recargado para impresionar a los demás. Tenés que ser Marcel Proust para que te salga bien.
8. "Salvar al gato": darle una cualidad buena a un personaje complejo.
Leí muchísimas reseñas de "Dorian", cuando escribí mi artículo sobre Ángela. El personaje les cayó mal a los lectores, lo calificaron de "insufrible". Lo interesante es que se ve que Arcade no ignoró la opinión de ellos y reconoció que no pensó en el impacto que él iba a tener en ellos, que no iba a ser "aceptado". Ella dice que Dorian a veces actúa de manera impulsiva y que nunca se le ocurrió que eso no iba a caerle simpático a los que leyeron la novela. "Salvar al gato", según Ángela, es darle alguna cualidad o comportamiento que haga más aceptable o tolerable un personaje ante los ojos de los lectores, porque es el protagonista del libro. Error de principiante, estimada señorita.
Cuando escuchaba esto en su video, se me vino a la mente una entrevista que el periodista argentino Mario Pergolini de Vorterix le hizo a Pérez-Reverte hace unos años, respecto a su novela "Falcó". El autor español le comentaba cómo hizo para construir a un personaje como Lorenzo Falcó, un espía franquista, siniestro, un asesino, un torturador, "un canalla" sin escrúpulos y moral, según él. ¿Cómo lo hizo más agradable ante los ojos de los lectores, sobre todo, de las mujeres? Reverte lo explicó así: lo creó guapo, alto, delgado, de ojos grises, elegante en su vestimenta, prolijo, seductor, bien vestido, un dandy. Un hombre con el cual cualquier mujer, soltera o casada, quisiera irse a la cama con él. El autor español dijo que de ésta manera, las lectoras le perdonarían su lado oscuro, que sea un antihéroe, un tipo bastante machista, que usa a las mujeres como objeto sexual, hasta que conoce al personaje de Eva y se enamora de ella.
Podríamos afirmar que Pérez-Reverte "salvó al gato" con el personaje de Falcó, aunque en Goodreads, las críticas fueron mixtas. Hubo lectores a los que el espía les gustó y otros, a los que no. Pero no podemos negar que el recurso estuvo bien utilizado. La ventaja de Arturo es que, a ésta altura de su carrera, ya tiene autoconciencia de escritor.
Es normal que Ángela Arcade se equivocara en esto, lo malo fue que no tuvo un editor con experiencia que se lo marcara. En la segunda parte de "Dorian", ella deberá otorgarle alguna cualidad que haga a su protagonista más querible para los lectores. Lo bueno es que reconoció éste error y estoy segura de que trabajará muy duro para intentar que no le suceda de nuevo.
9. Un popurrí de subgéneros.
(Tenés que ser Dubravka Ugrešić para que te salga bien. Ésta opinión es mía)
¿Qué es "Dorian"? ¿Dark Academia? ¿Novela de suspenso? ¿Juvenil? La autora colombiana dijo que había que ser concreto debido a las etiquetas comerciales que imponen las editoriales, que son incómodas para los lectores. Si la editorial promete "Dark Academia" y no aparece en el libro, ellos se van a enojar. Es lo que le pasó a Mariana Enriquez con su colección de cuentos "Un lugar soleado para gente sombría", Anagrama prometió relatos que daban miedo, y no cumplió, entonces, los lectores se enfurecieron y expresaron su indignación en la plataforma Goodreads.
Sin embargo, hay autores que sí supieron mezclar géneros literarios y les salió bien, pero eran veteranos, tenían más experiencia. La primera que se me viene a la mente es la yugoslava Dubravka Ugrešić, pero tengamos en cuenta tres factores muy importantes: era doctora en Literaturas Comparadas, experta en vanguardia rusa (había traducido a los vanguardistas rusos al croata), dio clases de Teoría Literaria durante 20 años en la Universidad de Zagreb.... No todos los escritores tienen la formación de ésta mujer. Sin embargo, Dubravka no mezcló varios géneros en sus primeras novelas, lo hizo décadas más tarde de cuando comenzó a publicar... Lo primero que escribió, fueron novelas infantiles.
"El autor debe ser consciente de que escribe para un público y no para él mismo", dijo Ángela. Arcade es una chica muy lista. Tiene razón, muchos escritores no se percatan de esto y por eso cuando leen que a alguien no les gustó su libro, se enfurecen tanto. Porque no se dan cuenta, de que desde que su libro se publica, ya no es más solamente de ellos, sino que también les pertenece a sus lectores, quienes encima, pagaron por su obra, entonces, van a dar su opinión al respecto. No todos van a pensar que son brillantes y perfectos como escritores, no a todos les va a enganchar su historia o cómo la abordaron. Fue lo que le pasó a Ángela con "Dorian", era evidente que ella no estaba preparada para las repercusiones que implica que te lean otros, para leer las reseñas que le escribieron en Goodreads.
10. No crear un evento desencadenante en la novela.
Lo que los lectores de Arcade le criticaron en su momento, fue que la trama de "Dorian" tardaba mucho en comenzar, que hay muchas subtramas que no cerró bien y que ella debió quedarse con una sola, que quiso abarcar más de lo que pudo. No hay que dejar que los personajes secundarios te arruinen la novela, como le ocurrió a Rosa Montero con "La hija del Caníbal", en la que la autora se fue por las ramas, la historia principal no fluía, se hacía densa, pesada, aburrida... A la novela le sobran como 200 páginas.
Si se equivocó Montero que lleva más de 40 años publicando libros... ¿No se va a equivocar Ángela Arcade, que es una autora joven, que recién comienza su carrera?. Lograr que los personajes secundarios no adquieran más protagonismo del necesario y opaquen a los principales, es algo que un escritor aprende con los años. Error típico de principiante, aunque como mencioné antes, hasta los autores con más trayectoria, como Rosa Montero, pueden meter la pata alguna vez.
"Reconocer nuestros errores nos hace más fuertes"
Ángela Arcade
No saben cuánto me gustaría escuchar a ciertos autores decir ésta frase. Que Ángela Arcade -aunque no le pidió disculpas a sus lectores por ser despectiva con ellos, comprendo que no lo hiciera, no es fácil admitir que estuviste mal- reconociera que tuvo errores en su primera novela, habla bien de ella. Es un ser humano y se equivocó, como nos puede pasar a todos. La primera reacción que tuvo al leer las críticas negativas -aunque fueran constructivas- de sus lectores fue enojarse e indignarse, porque le llevó mucho tiempo y trabajo escribir "Dorian". Es comprensible, tal vez pensó que su esfuerzo no fue recompensado.
Entiendo que es difícil para una autora novata ver su obra expuesta a la opinión pública. Leer críticas constructivas, que tus lectores te marquen errores, puede llegar a provocar frustración e inseguridad en un escritor que recién arranca su carrera. Pero tener conciencia de que lo que escribís, va a ser leído, analizado y comentado por otros, es parte del trabajo de un escritor profesional. Son las reglas del juego de la industria cultural. El libro, se convierte en un producto por el cual los lectores pagan para obtenerlo, entonces, tienen derecho a opinar sobre él.
Yo no soy escritora profesional como Ángela Arcade, pero sé lo que se siente que te lean y te hagan críticas, porque me pasó cuando publiqué mis primeras reseñas en una web española, hace cinco años. No me extiendo porque ya escribí de esto antes. Recibí críticas positivas y negativas, algunas constructivas y otras eran pura saña porque algunos no toleraban que yo reseñara bandas con vocalista femenina o integradas por mujeres -me acusaron de ser una feminista fanática y de liderar "una cruzada de bandas de chicas", así dijo el veterano fanboy de los Judas Priest del cual comenté el otro día-. En ésa web, colegas y usuarios juzgaban mis reseñas y yo me la tenía que bancar porque decidí escribir en un lugar público, donde la gente podía dejar comentarios que todo el mundo veía y leía, debajo de mis textos. Eran las reglas del juego, yo me exponía a eso publicando allí.
Creo que lo que le pasó a Ángela es que es muy autoexigente con ella misma, por eso me alegra que reconociera sus errores y dejara de pelear y demonizar a sus lectores, porque ese no es el mejor camino para su carrera. En realidad, para ningún escritor, sea novato o veterano.
¿Qué hacemos con un lector que criticó nuestro libro?
"Mean" (Cruel) - Taylor Swift
Tú, con tus palabras que parecen cuchillos
Tus espadas y armas que utilizas en mi contra
Tú, me has derribado una vez más
Me haces sentir que no soy nada
Tú, con tu voz como uñas
En una pizarra, señalándome cuando estoy herida
Tú, burlándote del más débil (...)
Algún día viviré en una gran y antigua ciudad
Y tú solamente seguirás siendo cruel
Algún día seré tan grande que no podrás lastimarme
Y tú solamente seguirás siendo cruel
¿Por qué tienes que ser tan cruel?
Tú
Con tus mentiras incendiarias y tu humillación
Tú, has señalado mis defectos una vez más
Como si yo no los viera ya
Camino con la cabeza baja
Tratando de ignorarte porque nunca te impresionaré
Yo sólo quiero volver a sentirme bien
Apuesto a que te han pisoteado
Pero solamente eres cruel
Solamente eres cruel
Y un mentiroso y patético y solo en la vida (.,.)
Así reaccionó Taylor Swift a la reseña de un crítico musical. Intolerante... ¿Adónde? 😂 Por decir que su música no le gusta, lo llama "cruel, mentiroso y patético". Hasta le escribió una canción. Debió dolerle que no la colmara de aplausos como está acostumbrada, ¿no?
Que los escritores profesionales se equivoquen, es humano. La cuestión es qué hacen cuando sus lectores les comentan que se equivocaron o que algún aspecto del libro (el léxico, el ritmo narrativo, los personajes, etc, como le dijeron a Ángela) no les convenció o gustó. Es decir, cuando les dicen que su obra no es perfecta. Hay dos opciones, ante la reseña honesta de un lector, ante una crítica constructiva: la primera, es que el autor la encaje con altura y profesionalismo. La segunda, la más recurrente -lo he visto varias veces, no sólo en Ángela- es ponerse a la defensiva, pelear con los lectores, responderles y ser despectivos con ellos.
Los escritores hacen esto para desestimar los argumentos de sus lectores e intimidarlos, los "atacan" de manera implícita para que se sientan condicionados y no se animen a volver a expresar sus opiniones sobre su obra, porque eso los ofende. Voy a dar un par de ejemplos de éste tipo de actitud: decirles a los lectores que "son injustos", "que sino entienden el marco espacio temporal, el problema es de ellos", que "les pesa que al autor le guste lo suntuoso", "que no saben valorar el léxico recargado y poético"...
Muchas veces, los autores son muy intolerantes hasta con aquellos que les escribieron una reseña con respeto y argumentos, con buena intención. En lo personal, creo que a veces algunos escritores se acostumbran a que los adulen de manera desaforada y por eso no les gusta cuando sus lectores no lo hacen. Se olvidan del derecho a la libertad de expresión, a la pluralidad de voces. Hace poco, leí a un periodista muy reconocido afirmar que la libertad de expresión es un derecho del periodismo. Bueno, algunos escritores no se acuerdan de esto, de que sus lectores son libres de comentar lo que piensan de sus libros, aunque a ellos no les guste.
El problema que existe desde que se popularizó Internet, es que ahora los escritores pueden acceder a las reseñas de sus lectores, y eso a veces ocasiona conflictos, como analiza la youtuber Marta Morales en un video magnífico. Eso fue lo que le pasó a Ángela en Goodreads y por eso yo la critiqué en su momento.
A ver, a todos nos gusta que nos elogien y a nadie nos gusta que nos critiquen. Yo entiendo que a los escritores les afecten las críticas negativas de sus lectores. Pero demonizarlos y querer callarlos a toda costa, no está bueno. Ángela Arcade llegó a la conclusión, un año después de la publicación de "Dorian", de que el camino para ser una buena novelista, reseñista o lo que sea a lo que nos dediquemos en la vida, va a estar repleto de obstáculos, de errores, que debemos enfrentarlos, aceptarlos y superarlos.
No somos perfectos, reconocer nuestras debilidades, no nos hace débiles, dijo Arcade, sino más fuertes y estoy de acuerdo con ella. Tenemos que aprender a lidiar con el ego y la vanidad, hay personas a las que les cuesta más que a otras. Evidentemente, en el rubro de los escritores, la vanidad, como dijo Rosa Montero, es un defecto importante. Pero esto no es culpa de los autores, sino de los que los rodean -"los amigos del campeón"- , que muchas veces no les hacen elogios, sino alabanzas exageradas y por esto, ellos mismos se terminan creyendo que de verdad son perfectos y que son los mejores del mundo en su trabajo. Es decir, pierden la perspectiva de la realidad, por eso piensan que no se equivocan nunca y que los lectores que se atreven a hacerles una crítica, aunque sea de manera respetuosa, son los malos de la película. Quiero dejar en claro algo: yo admiro a muchísimos escritores, pero no me gusta que, en determinados casos, sean irrespetuosos e intolerantes -y hasta soberbios, en algunos casos- con sus lectores, sobre todo, con aquellos que les escribieron reseñas de manera educada y respetuosa.
El mejor ejemplo del daño que hace la adulación permanente y desmedida a un artista (no sólo pasa con los escritores, sino también con los músicos) es el de la cantante Taylor Swift, de la que soy una gran admiradora. Taylor es muy intolerante a las críticas, le escribió una canción entera a un crítico musical, en la que, como una niña enrabietada, le espeta que es "malo y patético".
Cada vez que un músico dice que el premio que le dieron se lo merecía otra (Kanye West), que "prefieren a otra cantante antes que a ella" (Damon Albarn de Blur) la señorita se enfurece y pone el grito en el cielo. O los increpa por Twitter, como hizo con Albarn, quien se vio obligado a pedirle disculpas por el aluvión de ataques que recibió de sus fanáticas, las swifties. Si Damon Albarn, uno de los músicos más importantes de los años '90, un hombre con una carrera de más de 30 años en la industria musical, tuvo que autocensurarse y suplicar perdón a la cantante para que no lo pongan en la hoguera... ¿Qué queda para los demás? ¿Acaso es un crimen que diga que le gusta más la música de Billie Eilish que la de ella? Miren lo que pasa cuando un artista solamente se acostumbra a recibir aplausos. Fíjense cómo reacciona cuando sus colegas le dicen que no es la mejor compositora y cantante del mundo. Cuando no la adulan, cuando no le endulzan el oído para quedar bien.
En su momento la critiqué, hoy la felicito
Así como en su momento critiqué la lamentable intolerancia de Arcade a las críticas constructivas de sus lectores, hoy la felicito, la aplaudo por ser menos cabezota (va con cariño, eh), y reconocer sus errores como novelista -y de manera implícita, decirles a sus lectores que no estaban tan equivocados, que la culpa no era de ellos-. Ángela se percató de que los lectores no eran injustos o quejosos con "Dorian" (como los acusó en su momento) sino que se dieron cuenta de aspectos de la novela que se podrían mejorar, que a ella se le pasaron por alto.
La colombiana es una mujer inteligente, de ahí a que aunque sea un año después (nunca es tarde para hacer una autocrítica), identificara sus errores. Bien por ella, que dejó de lado la vanidad del escritor profesional, se "bajó del pony" (aunque tal vez, su actitud de ponerse a la defensiva escondía un poco de inseguridad al verse expuesta y criticada) y se animó a admitir que se equivocó. Su video, compartir su experiencia, le puede servir a muchos autores que quieren publicar por primera vez, para que no tropiecen con los mismos obstáculos que enfrentó ella.
Ojalá más escritores que fueron hostiles con aquellos que los leen por darles una opinión sincera sobre sus libros, siguieran su ejemplo y aprendieran, que los lectores merecen respeto, que hay que ser más humildes y menos vanidosos e intolerantes en la vida. En mi opinión, un poco de respeto y educación -como diría mi chico favorito de Tandil, quien aprendió de su amigo Roger Federer cómo había que comportarse adentro de una cancha de tenis, con el rival y el público-, de espíritu deportivo, podríamos llamarlo, no le vendría mal al rubro de los escritores profesionales. Sobre todo, a aquellos a los que les cuesta aceptar que sus lectores tienen derecho a expresar lo que piensan sobre su obra, aunque a ellos no les guste.
Bien hecho, Ángela Arcade. Seguro que la segunda parte de "Dorian" será muy superior a la primera. Y eso se logra haciendo una autocrítica. Trataré de conseguir sus libros aunque sea en versión digital, para leerlos y disfrutarlos. Es una pena que Planeta no los distribuya en Argentina en formato físico. En febrero critiqué a la booktuber colombiana y ahora, en junio, la felicito. El video que Ángela grabó analizando su propia novela fue un acto de humildad. Mi profesora de Literatura de la Escuela Secundaria, Brenda, decía que "La humildad era una de las mejores cualidades de los hombres" (y de las mujeres, agregaría yo). Tenía razón.
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