El baúl lleno de libros que cruzó un océano
Uno de los temas que nos preocupan a mí y a mi hermana, por motivos laborales, es cómo lograr que los niños y adolescentes adquieran el hábito de la lectura. A veces, por más que nos esforcemos, llegamos a la conclusión de que la educación literaria comienza en la casa. Desde la escuela se puede ayudar, pero es más fácil si lo traen incorporado desde sus hogares. S i un niño o niña no tiene una biblioteca en su casa -y sobre todo, si no ve a sus padres leyendo- nos va a resultar muy difícil competir con la PlayStation, el televisor y el celular, el smartphone. No tengo hijos, pero sí sobrinos adolescentes y todavía me acuerdo de la cara de enfado de mi sobrina cuando mi hermana y yo la llevamos a una librería. "Me aburro" , nos decía, con cara de enfurruñada. Y sí, como no se va a ocurrir si nunca la llevan a un lugar así. Le regalamos Harry Potter cuando era pequeña, saca de vez en cuando un libro de la biblioteca de su escuela, pero no conseguimos que lea con asiduidad. E