El Pintor de Batallas - Arturo Pérez-Reverte


La cuneta de Vukovar de la que Andrés Faulques jamás pudo regresar. 


   




"El Pintor de Batallas" (Alfaguara, 2006) de Arturo Pérez-Reverte es una de las novelas más hermosas, crudas y dolorosas que haya leído en la vida. Según el autor, fue de las que menos vendió, pero aun así cosechó varios premios y fue elogiada por la crítica literaria. 

Releyéndola por segunda vez, pude comprender porqué. La primera vez que la leí, hace varios años, mi interés principal era ver cómo había tratado el autor el conflicto bélico en los Balcanes en la década de 1990. Pérez-Reverte, ex reportero de guerra, trabajó como periodista más de 20 años en diversos medios gráficos. Las últimas guerras que cubrió antes de retirarse del periodismo y dedicarse a ser novelista profesional, fueron las de Croacia (1991- 1992) y la de Bosnia (1992-1995) para la Televisión Española.




De mi primera lectura, me acuerdo que me fascinaron la relación intrínseca que había entre los recuerdos de Andrés Faulques, el protagonista (un alter ego del propio Reverte) y el mural que pintaba en una torre abandonada, donde reflejaba los horrores que vivió en todos los conflictos bélicos en los que trabajó. El Pintor de Batallas es una obra densa, repleta de citas y referencias a pinturas, museos, tecnicismos de arte y pintura, no apta para los lectores primerizos de la bibliografía de este autor. 

No lo recomiendo para nada a un lector que busque entretenimiento y aventuras, sino a otro más paciente que esté dispuesto a soportar páginas y páginas de pensamientos filosóficos y crudos, dolorosos, sobre la condición humana. Por ejemplo:  (...) Conocía de sobra... Los motivos simples por los que un hombre con las dosis adecuadas de fanatismo, rencor o ánimo de lucro mercenario podía matar indiscriminadamente.

Este es un libro que trata de la maldad, del amor, de la pasión por un trabajo peligrosísimo que solo algunos valientes lograron ejercer, y sobre todo, de la deshumanización como consecuencia de ser espectador pasivo de una contienda bélica. También hay un personaje inolvidable: Olvido Ferrara, la amante/novia fallecida del protagonista, quien es el principal motivo de que Faulques pinte ese mural, porque ella consideraba que la fotografía "ya no alcanzaba" para retratar ciertas cosas: el horror, el dolor y la muerte. 

La novela está escrita en tercera persona, con un narrador omnisciente focalizado, repleta de recursos literarios como la analepsis, es decir, se producen saltos en el tiempo hacia el pasado, allí es donde aparecen todas las escenas y momentos relevantes del pintor de batallas junto a Olvido, una muchacha italiana que conoció en un Museo de México y que había estudiado Historia del Arte. Modelo, más tarde fotógrafa de moda y de decoración, Olvido decidió abandonar ese mundo frívolo y superficial de las revistas caras y seguir a su amado Faulques a cubrir y fotografiar guerras, en África y en los Balcanes. Allí fue donde sufrió una muerte violenta y prematura. 

Sin embargo, a medida que avanzamos en la lectura descubrimos que hay tensión entre ambos. Los dos tienen una forma diferente de ver la vida, y mientras que él es frío, racional, indiferente ante los horrores de la guerra que presenció (asesinatos, violaciones, mutilaciones, niños muertos en bombardeos, entre otros), ella se dedica a fotografiar objetos personales de civiles fallecidos en las casas en ruinas. En el fondo, el protagonista sabe que ella lo terminará abandonando, porque no soportaba ese brutal estilo de vida. Este conflicto entre ambos personajes ocasionará el fin de su relación y la trágica muerte de Olvido. 


             -----------------------ALERTA SPOILER ----------------------


Mención aparte merecen los diálogos brillantes entre Faulques, el famoso y premiado ex periodista, ahora devenido en pintor, e Ivo Markovic, el ex soldado croata que él fotografió en Vukovar, Croacia, durante la Guerra de los Balcanes. Ivo encuentra al pintor español y lo visita en su torre clamando venganza, por todas las consecuencias trágicas que la foto de Faulques le provocó a su familia, a su esposa y a su hijo pequeño. Markovic fue torturado durante meses y encerrado en un campo de concentración serbio, su esposa, violada y mutilada y su hijo, asesinado. Todo porque los guerrilleros y paramilitares serbios lo reconocieron en la famosa fotografía de Faulques, que le otorgó dinero y reconocimiento a él y desgracia al croata.

Sin embargo, durante seis días ambos personajes irán comprendiendo porqué Faulques actuaba como lo hizo durante el ejercicio de su trabajo como fotógrafo de guerra, sobre la infame condición del ser humano cuando es llevado al extremo del odio, del dolor. Memorable es la escena en la que Markovic le cuestiona al pintor:


"Usted también cometió vilezas. Cuidado. Su cámara fue cómplice pasivo muchas veces... O activo. Recuerde su maldita mariposa. Recuerde por qué estoy aquí."


                   -------------------------    FIN DEL SPOILER ---------------------------


Esta es una novela que se lee despacio, y que no le da tanta importancia a la acción ni a la aventura, como en la mayoría de la obra de este autor, sino que es más compleja, porque aborda temas profundos y dolorosos como lo son la maldad, la crueldad y la miseria del ser humano, pero también cómo el hombre utiliza el arte para expurgar sus demonios y sus pérdidas, es el caso de Faulques, quien pinta en el mural del faro abandonado los recuerdos más tormentosos de su vida, una pintura de todas las guerras, que será descrita como "algo maligno" por un personaje femenino que aparece de manera breve, llegando al final de la novela. También es el único final triste en el que el cansado y típico héroe revertiano termina mal, de veras. 

No ahondo más para no dar más spoilers, me parece una novela maravillosa que retrata a la perfección la condición humana, me hizo acordar mucho a "El malestar en la cultura" de Sigmund Freud, también tiene un toque filosófico y nihilista, que evidentemente es la visión del autor sobre todos estos temas, a fin de cuentas, es lo más cerca que Reverte escribió como autobiografía, según él.

"El Pintor de Batallas" es una novela cruda y conmovedora, porque el autor utiliza a los personajes de Faulques y Olvido para narrar sus propias experiencias en las guerras, fue una manera de alejar los fantasmas pero podemos oír su voz a pesar de que esté filtrada mediante procedimientos narrativos. Los recuerdos vividos en los conflictos bélicos del Líbano, en Sarajevo, son los del mismo Pérez-Reverte. Desde el niño que se le desangró en sus brazos tras un bombardeo en el barrio de Dobrinja, en Sarajevo, Bosnia, hasta la masacre de civiles bosnios en el Markale de la misma ciudad, que dio la vuelta al mundo. Ni hablar de Vukovar y los  jóvenes soldados muertos... son experiencias que el autor contó en sus artículos periodísticos. 


Pienso que esta novela, junto a la brillante "La Reina del Sur", es la mejor que el autor español escribió. No es de lectura fácil y accesible, tampoco su objetivo es entretener, al contrario... y eso es lo que la hace tan fascinante. El Pintor de Batallas es un viaje al lado más oscuro del ser humano... y una catarsis necesaria para su creador. Una obra de arte, un libro hermoso y doloroso, que vale la pena leer cuando uno está fuerte psicológicamente, porque es muy duro, pero del que podemos sacar gran provecho, por su contenido literario, histórico y autobiográfico. 





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