La reseñista desaparecida: me diagnosticaron el Síndrome del Ojo Seco
Estimados lectores: no he desaparecido. No he publicado reseñas los primeros quince días de enero porque tuve algunos problemas de salud. Los vengo acarreando desde fines de la pandemia del Covid 19, desde el 2021. En Argentina, el gobierno de aquél entonces nos tuvo dos años confinados, sin poder trabajar de manera presencial o ir a las escuelas y universidades -mientras celebraban fiestas de cumpleaños clandestinas en la quinta de Olivos. Miren qué maravilla-. Por lo tanto, tuve clases por videollamada durante dos años y eso trajo consecuencias negativas para mi salud visual. Tanto, que en el 2021 tuve que abandonar materias porque ya no soportaba los dolores de cabeza que tenía, debido a la exposición continua a las pantallas.
Tengo miopía y astigmatismo, no es mucho (-1.00 de cada ojo) pero requiere que use anteojos -gafas, dirían en España- para leer, mirar la televisión o estar frente a la computadora y el celular. No veo bien de lejos. Pero eso no es todo, sino que me acaban de diagnosticar una enfermedad en la vista que se llama Síndrome del Ojo Seco. Ese era el motivo por el cual mis ojos se irritaban, se secaban y sentía mucho dolor, en la vista y en la cabeza.
Lo tengo desde el 2021 pero como soy testaruda no me hice un fondo de ojo, lo dejé pasar hasta que ya no pude más del dolor. El tiempo que le dedicaba al blog (cuatro o cinco horas seguidas escribiendo en la computadora, algo nada recomendable), más las horas de lectura de libros (podía estar dos o tres horas seguidas, por lo que el ojo se mantiene fijo y no se lubrica bien) y la maratón de series de Netflix, Amazon o HBO que hacía en los veranos, no ayudaron a mejorar éste problema.
El oftalmólogo que me atendió me explicó que un ojo normal, sin problemas, tarda 8 segundos en absorber las lágrimas, y los míos, 3 segundos. Por eso se secan y se irritan. "Tu caso es severo y es crónico", me dijo el doctor. Me recetó gotas hidratantes para los ojos, que debo ponerme todos los días a la mañana -por la tarde si siento ardor o resequedad- y por las noches, antes de dormir. Debo utilizarlas de por vida. También debo aplicármelas antes de estar expuesta a la pantalla de la computadora o del celular, para que el ojo no se seque. Y me recomendó reducir lo más que pueda el tiempo de exposición a los mismos. "Solamente usá la computadora si es para el trabajo o no te queda otra", me aconsejó. El Síndrome del Ojo Seco no tiene cura.
Además, sí o sí debo usar anteojos de sol cuando estoy expuesta a la luz solar, porque ésta empeora la enfermedad. Por lo tanto, me los mandé a hacer, por más que me salieron bastante caros -los cristales también van a ser de acorde a la miopía que tengo, de ahí a que sean más costosos- y mi economía quedó en números rojos, pero con la salud, no puedo escatimar.
Este es el motivo por el cual no publiqué reseñas en éstos días. No quiero volver a tener los dolores espantosos que padecí las primeras semanas del 2025. Estuve dos semanas sin mirar televisión, sin leer libros, sin estar expuesta a las pantallas, pero el ardor, la resequedad, no se iban. Lo único que lo alivió fueron las gotas recetadas por el doctor -que también son bastante caras, para mi escaso presupuesto-.
Por lo tanto, estimados lectores, se terminaron las reseñas de 3000 o 4000 palabras, ya no podré escribirlas. Publicaré cuatro o cinco por mes, más cortas, porque me gusta escribir y compartir este espacio con ustedes. Pero solamente puedo usar la computadora de manera seguida una hora al día. Lo mismo con los libros, imagínense lo que es para una persona que lo que más adora en la vida es leer novelas de ficción, no poder hacerlo como antes. Ayer, estuve una hora leyendo "El peso del corazón" de Rosa Montero y tuve que abandonarlo porque ya empezaba a sentir resequedad en los ojos. Tampoco puedo atiborrarme de gotas todo el día, ¿no?
Hay cosas que ya no las voy a poder hacer. Mi madre y mi hermana afirman que soy una "exagerada, la Reina del Drama, que tampoco es que voy a quedarme ciega o tengo un glaucoma", pero yo estoy preocupada... Tengo 30 años y ya tengo la vista dañada de por vida. Si el día de mañana quiero escribir una tesis, ¿Cómo lo voy a hacer, a paso de tortuga? Estudiar un posgrado implica horas de lectura... y de pasar tiempo frente al Word de la PC.
Aun así, rescato algo positivo de todo esto: disfruto más leer de a poco, que devorarme un libro de 500 páginas en tres días. Así que nada, aquí tienen a su reseñista, preocupada y asustada por el Síndrome del Ojo Seco... Son las consecuencias del abuso de pantallas, de lectura desaforada, de pasar veranos enteros encerrada mirando series sin parar durante horas. El estilo de vida que yo llevo no es saludable. Cuiden su vista, queridos lectores. Cuídenla lo más que puedan.
¿Y qué pasa con mi miopía? Luego de usar anteojos de manera permanente durante dos años, no se curó. No aumenta ni disminuye. "¿Me puedo operar con láser, doctor?", le pregunté. "No es recomendable. Tenés muy poca miopía. Se operan las personas que tienen más de 2.00 o 3.00", contestó. Le consulté si debía usar anteojos de por vida y me dijo que sí. No sé si con el Síndrome del Ojo Seco estoy apta para esa operación.
Les confieso algo: no me gusta usar anteojos. No tengo nada contra ellos -es más, ahora están muy de moda gracias a los hipsters- pero cuando era pequeña tuve que usarlos desde los 5 hasta los 12 años porque tenía estrabismo de nacimiento. Lo que implicó recibir bullying en la escuela, entre otras cuestiones que perjudicaron mi autoestima, al punto de que me creía una chica fea, horrible, poco atractiva, hasta que crecí y me di cuenta, a los 17 o 18 años, de cómo me miraban los hombres por la calle.
Mi madre me dice: "No hace falta que los uses todo el día. Si vos dentro de todo, no tenés tanta miopía, no como tu hermana y yo". A veces me pongo como una niña de cinco años -los traumas de la infancia, a veces reviven- y le digo: "¿Qué hombre me va a querer así, con anteojos permanentes?" (sé que es una estupidez, pero bueno, vivimos en un mundo donde importa mucho lo estético). A lo que ella, respondió: "Vos sos bella igual, con lentes o sin ellos".
Así que nada, estimados lectores, espero que algún día encuentre un hombre que me quiera igual, con anteojos (aunque no los uso todo el día, salvo cuando tengo que leer, mirar TV o estar con la computadora), lentes de sol cuando estoy expuesta a la luz solar y con el Síndrome del Ojo Seco incluido.
Tengo unas cuantas reseñas escritas en Word, la semana próxima publicaré alguna, sepan que no los he abandonado. Su reseñista, a pesar de estar un poco malherida y a costa de usar gotas lubricantes, les seguirá trayendo buena música a sus lectores.
Un saludo grande desde el caluroso y agobiante Buenos Aires.
El síndrome lo sufrimos todos Cassandra. Esto llego por el computador y los celulares, especialmente cuando las películas y demás videos se empezaron a reproducir en ellos y se le sumas las horas de trabajo "cotidiano", no ibas a tener escapatoria, ni tu ni nadie, así que tomate esto con tranquilidad y a mantener las medidas que has tomado. Que uses lentes a los 30 puede ser una ventaja, he visto chicas bellas y sexys que al ponérselos por prescripción se vieron mejores, así que búscate unos que te favorezcan y listo, nueva etapa en tu vida y a lo mejor la puedes "ver" mejor. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, mi querido Rock. Siempre tan amable y buena onda. Tus comentarios eran una de las cosas que más extrañaba de El Portal. Así es, el computador, los celulares y el abuso de las pantallas nos terminó afectando la visión. No hubo escapatoria, pude graduarme, pero me costó la salud visual. Me temo que sí, que deberé seguir tus consejos y tomármelo con tranquilidad, al principio fue duro, pero bueno, me tendré que acostumbrar a convivir con esto de por vida. Jajajaja los míos son casi transparentes, tienen un poco de rosa pastel en la parte superior de la montura, pero son sutiles. Solamente les cambié los cristales, porque el marco, estaba sano y al chico de la óptica le parecieron bonitos. Así que me quedé con ellos. Los de sol, me he encargado unos estilo aviador, parecidos a los que tenía mi padre cuando era joven. Un abrazo grande para ti. :) No sabés cuánta alegría me da leerte.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por el ánimo.
EliminarDeberías cambiar este fondo blanco por uno negro o por lo menos uno no tan brillante, puede que que aumente el numero de lectores. Para los que padecemos el síndrome es una molestia, que no invita a leer.
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