Edmundo Dantés, el conde de Montecristo
Antes de comenzar, aclaro que éste texto no es una reseña del libro ni de la película de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière estrenada en el 2024. Sólo son unas humildes y breves palabras, acerca del impacto que tuvo en mí la historia de traición, dolor y venganza de Edmundo Dantés, el conde de Montecristo, el célebre personaje literario creado por Alejandro Dumas.
Hace unos días vi la adaptación cinematográfica de Delaporte y La Patellière y aunque ya no recuerdo todo el argumento del libro, porque lo leí en el 2020, volver a encontrarme con ésta historia me conmovió tanto -al punto de largarme a llorar cuando Edmundo termina en prisión de manera injusta y les puedo asegurar, que yo no soy una mujer de lágrima fácil- como la primera vez que me acerqué a ella.
Leí "El Conde de Montecristo" en una edición barata que le compré a mi librero amigo, cinco tomos de páginas amarillas publicados por la editorial Página 12. La Biblioteca de la que soy socia estaba cerrada por la pandemia del Covid-19, por eso no me traje un ejemplar de allí. Terminé regalando los cinco tomos porque al libro le faltaba un capítulo. Nunca pude comprármelo en formato físico porque la edición de Editorial Losada que yo quiero (una de las editoriales argentinas más serias y fiables en cuanto a los clásicos) es bastante cara, algo predecible considerando que el libro tiene más de 1000 páginas. Recuerdo que tardé dos o tres semanas en leerlo por primera vez y aunque me gusta "Los Tres Mosqueteros", "Montecristo" es mi favorito de Dumas. Que éste autor me guste es una excepción, porque en cuanto a novelistas, a escritores clásicos, mis predilectos suelen ser los británicos. Ya saben: las hermanas Brontë, Jane Austen, Dickens, Oscar Wilde, etc.
Sabía de la existencia de "El Conde de Montecristo", pero me decidí a leerla porque es el primer libro que el personaje de Patricia O' Farrell le presta a Teresa Mendoza en "La Reina del Sur", una de mis novelas favoritas de Pérez-Reverte (Patty, qué gran personaje, miren que las chicas bien o señoras bien, no son dignas de mi devoción, pero a ella, la amé. Cristina Urgel estuvo enorme en su interpretación en la telenovela de Telemundo).
----ALERTA: SPOILERS DEL LIBRO Y LA PELÍCULA -----
Edmundo Dantés, el preso más famoso de la literatura occidental
Edmundo Dantés es el preso más famoso de la literatura occidental. Estuvo prisionero 14 años en el castillo de If, que se ubicaba en una isla. Fue acusado de un crimen que no cometió: participar en una conspiración para restaurar a Napoleón Bonaparte en el poder.
El joven marino francés, con tan sólo veinte años, por ser un hombre afortunado, provoca la envidia y el rencor de sus enemigos. Termina en prisión debido a cuatro de las peores miserias humanas: la envidia, la ambición, el egoísmo y la lujuria. Dantés se ganó la envidia y el odio de su compañero de trabajo, Danglars, quien no soportaba que a él lo ascendieran como capitán de navío. También Edmundo fue traicionado por quien consideraba su amigo, Fernando de Morcef, primo de su novia, Mercedes. Fernando estaba enamorado de ella y cuando se entera que la joven va a casarse con Dantés -debido a que lo ascendieron como capitán- es uno de los que conspira para quitarlo del medio y quedarse con la chica, con quien termina contrayendo matrimonio y teniendo un hijo, Albert. La envidia, los celos, la lujuria, son las causas de la traición de Morcef.
O sea, que nuestro infortunado protagonista, se gana dos enemigos (sin darse cuenta) por ascender en el trabajo y tener una novia hermosa a la que otro codiciaba. Pero Fernando y Danglars no son los únicos que lo traicionan y acusan de ser un espía bonapartista ante la ley, sino que el que le da el último golpe de gracia, enviándolo a la cárcel sin juicio (tal vez J.K.Rowling se inspiró en el marino de Dumas para crear a su personaje Sirius Black, quien pasó 12 años preso en Azkaban, acusado de crímenes que no cometió, también fue enviado allí sin juicio), es el procurador del rey, Gérard de Villefort. Éste decide enterrar a Edmundo en vida en el castillo de If para proteger su carrera política, debido a que su padre estaba involucrado en la conspiración para restaurar en el poder a Napoleón Bonaparte.
Tras pasar cuatro años en la cárcel, aislado de otros prisioneros y al borde de perder la razón, el desgraciado marino caído en desgracia conoce a su vecino de celda, el abate Faria, un anciano cultísimo y sabio, que terminó allí por ocultarle a los poderosos dónde se encontraba un famoso tesoro de la época de las Cruzadas. El abate llevaba años cavando un túnel para intentar escapar de la prisión y por casualidad, abre un hueco en la pared por el cual puede ingresar a la celda de Edmundo Dantés. Se hacen amigos y durante ocho años, educa al joven, le enseña idiomas, matemática, historia, filosofía.... le otorga herramientas - le transmite lo que llamamos cultura - para la "futura vida" que le esperaba cuando se escaparan de allí. El abate no logra sobrevivir y huir del castillo de If, pero poco antes de morir, le revela a su protegido la ubicación del tesoro, -que existía de verdad- en una pequeña isla italiana llamada Montecristo. En la película, le pide que cuando regrese al mundo exterior, no se llene de odio.
Tras una de las fugas más increíbles de la literatura - y un poco fantasiosa e inverosímil, pero el lector entra en el pacto ficcional- , nuestro desgraciado protagonista, lleno de dolor, sed de venganza e ira por los 14 años que pasó encerrado en una celda sucia y maloliente -aunque era inocente de lo que se lo acusaba- sin apenas poder ver la luz del sol, regresa a su Marsella natal. Allí, disfrazado para que no lo reconozcan, descubre que su adorado y anciano padre murió de tristeza -le habían dicho que él había muerto en la cárcel- , que su amada Mercedes no lo esperó y se casó con otro, con el que el creía que era su amigo y que los tres causantes de su caída en desgracia y confinamiento eran hombres ricos y poderosos. Danglars, se había convertido en barón, estafó a Morrel, su antiguo empleador y se enriqueció con el tráfico de esclavos africanos. Fernando de Morcef -radicado en París junto a su esposa e hijo- hizo fortuna en el ejército y terminó siendo miembro del Parlamento y Villefort, ascendió como fiscal general. Luego, Edmundo viaja a la isla de Montecristo y se apodera del tesoro prometido por el abate Faria. Y comienza a planificar su venganza.
El conde de Montecristo hace justicia por mano propia
Ésta es una historia de venganza. De un hombre que, con fría calma y determinación, inteligencia -y con mucho dinero, por supuesto, sino le hubiera sido imposible- se va a vengar de todos aquellos que lo traicionaron y lo condenaron a cadena perpetua, a una muerte en vida, a 14 años de encierro en el castillo de If, en condiciones miserables. Edmundo Dantés, ya convertido en el conde de Montecristo, va a hacer justicia por mano propia - ya que la ley y el Dios en el que creía, lo abandonaron, dejándolo a su suerte- y les va a hacer pagar caro a aquellos tres que lo lastimaron y sacrificaron por envidia, por celos, por ambición, por lujuria, por beneficios personales. Va a desquitarse con el que le quitó a la mujer que amaba, con el que le arrebató el trabajo que soñaba y con el que lo envió a prisión sin juicio, sabiendo que era inocente, para salvarle las papas a su familia, para proteger su carrera política.
En la novela, nueve años después de su primer viaje a Marsella, el protagonista volverá a reencontrarse con sus enemigos bajo otra identidad, el misterioso y rico conde de Montecristo. Pero ésta vez, estará bien preparado para darles el golpe de gracia. Los busca, los estudia, encuentra sus debilidades, descubre sus crímenes ocultos, los trapos sucios bajo la alfombra, utiliza toda la información que posee y el poder que le otorga su inmensa fortuna -obtenida gracias al abate Faria- para destruirlos. Les va a devolver ojo por ojo, diente por diente, a sus enemigos: Danglars, Fernando y Villefort. ¿Cómo lo logra? Con astucia, con inteligencia, no mediante la fuerza bruta. Toda la cultura que adquirió gracias a su vecino de celda, maestro y mentor, el abate, la utilizó para planificar metódicamente su venganza. Se convierte en un animal fríamente peligroso, está lleno de odio, de rabia, de ira, de dolor. Está tan roto por dentro que lo único que lo mantiene vivo es su deseo de venganza. No les voy a contar cómo se venga y de qué manera destruye a sus enemigos, por si quieren ver la película o leer el libro, que está escrito de una manera formidable, sencilla, ágil, fácil de leer. A fin de cuentas, Dumas era escritor de folletines, un autor popular y con una prosa sencilla, pero de gran calidad. "El conde de Montecristo" es una novela apasionante, el lector siente tanta pena y empatía por el pobre Edmundo que de verdad desea que triunfe y les haga pagar caro a los malos, a los villanos, sus crímenes, su conspiración, el complot que lo llevó a él a padecer 14 años de dolor, humillación y sufrimiento.
Una vez, escuché en una entrevista a un escritor muy famoso - y ferviente admirador de Dumas, el causante de que yo leyera ésta novela- decir que "la venganza tiene mala fama, por la tradición cristiana, pero que en algunos casos, es justificable, que es higiénica; porque los verdugos no tienen piedad con sus víctimas." Él afirmaba que éstos los degollaban igual aunque se arrodillaran pidiendo clemencia. Alguien que cubrió más de veinte guerras lo sabrá de sobra, tras verlo con sus propios ojos. Esta es una opinión que puede llegar a ser polémica y políticamente incorrecta, pero que da mucho que pensar. Muchas veces, la justicia, la ley, llega tarde. Lamentablemente, en la vida real, no siempre los malos pagan por sus crímenes. Cuando la literatura aborda ésta temática, nos hace reflexionar respecto a la condición humana, sobre todo, de lo miserable que puede llegar a ser. En la novela de Dumas, vemos a un joven de apenas veinte años, condenado a prisión porque le envidiaban la novia y el trabajo que iba a tener. También, porque se metió en el camino de un político ambicioso -Villefort- quien, con tal de escalar, no le importaba sacrificar a los demás.
La buena literatura, nos deja interrogantes
Mi opinión es que la maestría de Alejandro Dumas como escritor radica en cómo está abordada ésta temática en la novela: la venganza. Más allá de la aventura, de su talento para crear personajes memorables, contundentes, de la sencillez y accesibilidad de su prosa, del ágil ritmo narrativo del libro, lo que convierte en un clásico a "El Conde de Montecristo" es que muestra la complejidad, la ambigüedad del ser humano, de sus personajes, sus luces y sus sombras. Edmundo Dantés, primero es víctima inocente y luego -como Teresa Mendoza, el personaje de Reverte- se convierte en un verdugo implacable. Hay un cambio, una evolución en su persona. Y es curioso, que más de veinte años después, la única que lo reconoce tras su disfraz de conde italiano es Mercedes, su antiguo amor. Una mujer es la única que lo descubre, porque reconoce su voz, sus ojos, su piel.
En la película, él le pregunta: "¿Cómo llega a la conclusión de que soy un hombre lleno de dolor?". Y ella responde: "Lo veo en sus ojos. Usted sufrió mucho". Y créanme, que si uno es una persona observadora y mira a los ojos a los demás, a veces puede "leer" o percibir sus sentimientos, si está contento, feliz o si está sufriendo. Hay hombres -y mujeres- que llevan su biografía en el rostro, en la mirada (estoy citando indirectamente a la novela El pintor de batallas) y algunos, los miran de refilón y ni se dan cuenta. Una vida como la que tuvo Dantés, traicionado y condenado por quienes confiaba, deja estragos emocionales en un ser humano. Y Mercedes, que es un personaje inteligente, lo nota.
Lo que ésta novela y película me dejaron, fueron algunos interrogantes: ¿Qué es lo correcto? ¿Qué es lo bueno, qué es lo malo? ¿Qué haríamos nosotros, los lectores, si hubiéramos estado en el lugar de Dantés? ¿Nos habríamos vengado de nuestros enemigos, si tuviéramos los medios económicos, el poder, el dinero suficiente como para hacerles pagar caro todo el daño que nos hicieron? ¿Qué se hace con un enemigo implacable, con un verdugo, que no te tuvo piedad alguna y que intentó destruirte, como los tres traidores hicieron con el pobre e indefenso marino marsellés? Alejandro Dumas imaginó todo esto, lo convirtió en literatura y escribió una novela hermosa, dolorosa, maravillosa, súper entretenida y apasionante. El conde de Montecristo es una de esas historias que se quedarán para siempre en mi corazón de lectora. No sólo vivo de jovencitas inglesas que se criaron en el frío páramo de Yorkshire.
Aunque vi la película del 2002 del director Kevin Reynolds protagonizada por Jim Caviezel y me gustó mucho, fue la adaptación francesa del 2024 la que me llenó los ojos de lágrimas, al ver el destino trágico del joven Dantés. De ver lo que provoca la maldad, la miseria del ser humano. De ver cómo el odio, la envidia y la ambición de tres miserables, le arruinaron la vida a un pobre e inocente muchacho que lo único que quería era hacer bien su trabajo y casarse con la mujer que amaba -y cuyo afecto, era recíproco-. Creo que ése es el verdadero poder de la literatura, de las historias de ficción que tienen tanta fuerza narrativa, contundencia y calidad, que sobreviven al paso del tiempo (Montecristo se publicó en 1845 y 1846) y que por esto, se denominan clásicos.
Nota al pie:
Por último, adjunto un artículo respecto a éste libro, que leí en el 2020, en los comienzos de la pandemia y que rememoré cuando escribía éste texto: ¡Fatalidad!
Pues gracias a ti me acabo de enterar de la existencia de esta nueva película.
ResponderEliminarNo he leído el libro, pero la de 2002 con Jim Caviezel es una de mis pelis favoritas (hace muchísimo que no la veo, pero hace rato ya que la tengo descargada en FullHD para cuando me pinte verla otra vez, jeje).
En fin, en algún momento tendré que mirar esta otra… a ver que tal está…
Ojalá esta adaptación francesa esté buena, porque con la reciente «Les trois mousquetaires: D'Artagnan» de 2023 me pegué un superlativo embole…
¡SALUDOS!
Hola Diego!! A mí también me gusta mucho la peli con Jim Caviezel, aunque no es del todo fiel al libro. La nueva está muy buena, eso sí, paciencia porque dura como tres horas... Yo también vi la de Los tres mosqueteros; D' Artagnan y como te pasó a vos, me pegué un embole tremendo, es aburridísima... Tanto que no me molesté en ver la parte 2, Milady, aunque Eva Green es una actriz que me gusta muchísimo.
EliminarTe animo a que la mires, la del Conde de Montecristo no te va a decepcionar. Saludos!!
Conocí esta tremenda novela de niño y no por un libro, sino por una caricatura llamada Mr. Magoo. Esta entrañable comiquita se dedicaba a recrear personajes históricos o de grandes novelas, para ilustrar niños a través de ellas de manera sencilla, pero muy efectiva. Al crecer, claro que busque el libro y quede impresionada por el retrato del lado más oscuro del ser humano, de sus mas bajas pasiones y quizás por eso, la venganza final da cierta alegría. La película con Jim Caviezel es fantástica y me gusto mucho. Este actor siempre me ha gustado, sabe transmitir sus personajes, te identificas plenamente con ellos y supo crear un Edmundo Dantes mas que convincente. Viendo toda esa trama, en la que un millonario toma la ley por su brazo, pienso si esta novela habrá inspirado personales como Batman y Flecha Verde, millonarios que tomaron la ley por cuenta propia, para hacer justicia tal como el Conde de Montecristo.
ResponderEliminarGracias por el artículo.
Un Saludo
Hola, querido Rock! Qué hermoso que conociste ésta novela de niño, me suena el nombre Mr.Magoo. No sabía que habías leído la novela, yo también la conocí de adulta y aunque es bastante larga, me gustó muchísimo. A mí también me parece muy buena la película con Jim Caviezel y es que es un actor tremendo. Comparto contigo, su Edmundo Dantés es muy convincente y transmite mucha fuerza. ¡No había pensado en lo de Batman pero tenés razón! Es muy probable que haya sido una inspiración, y creo que sí, que uno comprende porqué se vengan cuando la justicia no hizo nada por ellos...
EliminarDe nada, Rock. Me alegra que te haya gustado. Saludos para ti también y muchas gracias por tu comentario :)