Avril Lavigne - Goodbye Lullaby
El último gran disco de mi ídola de la infancia, Avril Lavigne
Tracklist
1. «Black Star» - 1:34
2. «What the Hell» - 3:39
3. «Push» - 3:01
4. «Wish You Were Here» - 3:45
5. «Smile» - 3:27
6. «Stop Standing There» - 3:26
7. «I Love You» - 3:59
8. «Everybody Hurts» - 3:42
9. «Not Enough» - 4:18
10. «4 Real» - 3:28
11. «Darlin» - 3:50
12. «Remember When» - 3:29
13. «Goodbye» - 4:30
14. «Alice» (versión extendida) - 5:00
El disco del divorcio: el fin del amor de Avril y Deryck
A veces, escribo sobre la vida personal de los músicos que reseño, no por una cuestión de sensacionalismo (fuera de la música, soy lo menos chimentera o cholula del mundo, créanme) sino porque ésta, a menudo, influye en la creación artística. Los músicos, cuando están pasando un mal momento en su vida privada o sentimental, suelen hacer catarsis mediante la composición de canciones, necesitan desahogarse para sacar todo el dolor afuera. Hay discos muy famosos que abordan de manera completa o parcial las rupturas amorosas, el fin de una relación de pareja, ya sea noviazgo o matrimonio. Por ejemplo, el "Melodrama" de Lorde, "Is this Desire?" de PJ Harvey, "Boys For Pele" de Tori Amos, "Vulnicura" de Björk, "Manic" de Halsey, "Red" y "The Tortured Poets Department" de Taylor Swift, "The Boatman's Call" de Nick Cave...
La mayoría de éste tipo de álbumes tiene un destinatario, del que los fans conocemos nombre y apellido, porque los artistas, no lo ocultan, quieren que nos enteremos quien fue la persona que inspiró sus canciones. Taylor Swift le escribió casi todo "Red" al actor Jake Gyllenhaal, y "The Tortured Poets Department" al músico Matthew Healy, quienes fueron sus novios. Ella siempre deja pistas en las libretas de los discos para que los admiradores descubran a quiénes están dedicadas las letras de sus canciones.
Por lo general, éste tipo de discos de ruptura, suelen ser muy buenos, hay artistas que saben sacarle provecho al desamor y a la tristeza. Avril Lavigne es una de ellas. Ya había compuesto un par de canciones sobre rupturas amorosas en su mejor álbum, Under My Skin, pero Goodbye Lullaby es el primero que le dedicó al fin de su primer matrimonio.
A los 23 años, la cantante canadiense se casó con su novio, el músico Deryck Whibley (Sum 41), con un vestido blanco y un ramo de flores blancas, tuvo una boda de lo más tradicional, su padre la acompañó hasta el altar. Tras la boda, Lavigne grabó su tercer álbum, The Best Damn Thing (2007), alegre y guitarrero, de un estilo musical pop punk. Ya lo reseñé por éstos lares, lo bauticé "el disco de la luna de miel". Pero dos años más tarde, se terminó el amor entre los músicos. La pareja, que no tuvo hijos, decidió divorciarse.
Avril Lavigne es una superestrella de la música y una celebridad internacional (salía de fiesta con Paris Hilton, imagínense), por lo tanto, la prensa amarilla especuló mucho sobre el motivo de la separación. Los tabloides hollywoodenses, afilados, sostenían que el motivo del divorcio fue que el señor Whibley nunca pagaba las cuentas y que trabajaba poco y nada, se limitaba a "vivir de los millones de su esposa". La prensa amarilla dio a entender que Avril se cansó de esto y que por eso terminó su matrimonio. Otros medios de comunicación apuntaron a la lucha del músico contra el alcoholismo o sino, que la canadiense se había casado muy joven y que quería vivir otras experiencias. La verdad de lo que realmente ocurrió, no la sabremos nunca.
A diferencia de su segundo divorcio con Chad Kroeger, el fin de su relación con Deryck Whibley fue en buenos términos. No hubo terceros en discordia ni escándalos. Es muy probable, porque el músico canadiense produjo varias de las canciones de Goodbye Lullaby. Unos años más tarde, él se casó con una modelo. Aun así, tiene una buena relación de amistad con Lavigne, hace unos años, hasta compartieron escenario en un show. Tal vez eran demasiado jóvenes cuando se casaron y por eso no funcionó. Quién sabe. No debe ser fácil ser una superestrella de la música (famosa, independiente, exitosa) y tener suerte en el amor. Avril se casó dos veces y se divorció, al tercer novio que le propuso casamiento, lo dejó plantado en el altar.
"Goodbye Lullaby", una manera de hacer catarsis
"Goodbye Lullaby" es un disco entero dedicado al fin de un matrimonio. A nivel musical, es casi todo acústico, aunque los singles están orientados al pop. Lavigne fue astuta y contrató a los célebres productores Max Martin y Shellback para que la ayudaran a componer. Es curioso, pero éste es un disco de una muy buena calidad, que lamentablemente vendió muy poco, menos de lo que merecía. Avril se peleó con la disquera porque querían un disco entero de pop de radio fórmula y ella se negó. Necesitaba hacer catarsis del divorcio con su esposo, no grabar diez hits, uno tras otro.
Lo primero que oímos al darle play es "Black Star", con su pianito angelical, es una canción de apenas minuto y medio, que Avril grabó para promocionar su perfume. Es una buena introducción, que le da lugar a "What the Hell", un single pop, alegre y con gancho, de evidente factoría Martin. En la letra, la cantante reivindica la soltería y confiesa que tiene ganas de divertirse y portarse mal. "What the Hell" entretiene y cumple, al igual que "Smile", más pop rock, que es una oda a la alegría y al empoderamiento. Destaco la labor de Avril a las voces, mejoró mucho con los años.
Por su parte, "Wish You Were Here" es la balada más famosa de éste disco, tiene un estribillo perfecto y pegadizo, el veterano sueco, Max Martin, casi nunca falla. Sencilla pero agradable y efectiva. Goodbye Lullaby es un álbum hermoso, coherente, parejo, con un tracklist muy bien elegido. La producción, es impecable.
Mi canción favorita de éste disco es "Push", un medio tiempo que me recordó a los temas de "Let Go", su debut. Lavigne reclutó a su amigo de la adolescencia, Evan Taubenfeld, para componerla y les salió de maravillas: Push es acústica, cantada con mucho sentimiento y honestidad.
El pop rock se hace presente en canciones de un talante más optimista como "Stop Standing There", "I Love You", "4 Real" y "Darlin", todas melódicas, sencillas, pero de una belleza infinita. Avril trabajó muy duro en éste disco y se nota: hay buenos estribillos, calidad, autenticidad, lo que lamentablemente no encontraremos en sus próximos álbumes. No me gustó nada el homónimo "Avril Lavigne", en el que juega a ser una popstar de las nuevas generaciones (Taylor Swift, Ariana Grande) y le salió muy mal. El pop mainstream no le sienta nada bien, donde más se luce la canadiense es en el pop rock, el punk, el punk pop, el rock alternativo, o discos acústicos como éste.
En fin, Goodbye Lullaby no deja de ser un disco de divorcio y era predecible que encontráramos canciones donde la artista reflejó todo el dolor del fin de su matrimonio: "Everybody Hurts", repleta de tristeza y reflexión sobre el sufrimiento del ser humano, "Not Enough", en la que le reclama a su ex esposo que "no la escucha" y que eso "no es suficiente para retenerla", "Remember When", en la que nos relata cómo fue la ruptura con su marido y el vacío que sentía, las lágrimas que derramó a causa de él. En "Goodbye", le dice a Deryck Whibley, su ex esposo:
"Adiós, tengo que irme y dejarte solo. Pero tú siempre sabrás que te amo. Adiós, ojos castaños, adiós por ahora, cuídate".
Escuchamos a una Lavigne devastada que utilizó su música para hacer catarsis de todo su dolor. Por estos motivos, me gusta tanto éste álbum. Vemos a una mujer a la que no le da miedo mostrar sus heridas, y hace lo que los psicólogos (Freud) llaman sublimación. Avril convierte su dolor, su tristeza infinita, en arte. Y me parece maravilloso. Goodbye Lullaby es un disco muy honesto y descarnado, en el que vemos a una artista y compositora que por más superestrella de la música mundial, multimillonaria y exitosa que sea, es una persona que sufre y siente como todos nosotros. Es humana, aunque la veamos inalcanzable. Junto a "Let Go" y "Under my Skin", éste es mi disco preferido de la canadiense.
La última canción, "Alice", la escribió ella sola para la película de Tim Burton "Alicia en el País de las Maravillas". Es hermosa, dramática, teatral, con un gran trabajo a las voces, en el que Avril demuestra su habilidad para los agudos y los falsetes, que son el sello característico de su música. Ella mejoró mucho su nivel en directo, si la comparamos con los inicios de su carrera.
"Goodbye Lullaby" es el último gran disco de Avril Lavigne ("Love Sux" no está mal, pero éste me parece mejor). Fue de los que menos vendió, por su sonido poco comercial, más allá de los singles. Pero eso no quita que sea un buen trabajo, de gran calidad.
Lavigne volvió a componer otro disco de divorcio cuando terminó su segundo matrimonio con el músico Chad Kroeger de Nickelback. "Head Above Water", no tuvo buenas críticas de la prensa musical y fue recibido con tibieza por los fans. Lo escuché en su momento y carece de la fuerza y contundencia de "Goodbye Lullaby". Una pena. Algunos críticos musicales afirmaron que Lavigne está obsesionada con la juventud, la adolescencia y que no acepta la edad que tiene, que las letras de sus últimos discos son muy inmaduras ("Hello Kitty", por ejemplo, la destrozaron por ésa canción). Los periodistas musicales fueron muy críticos con esos dos álbumes de la canadiense, el homónimo "Avril Lavigne" y "Head Above Water", consideran que no están a la altura de sus mejores trabajos.
El problema es que Avril quiere que su música suene como la de las veinteañeras más famosas del pop y no se da cuenta de que ya tiene más de cuarenta, que sí, está bien aggiornarse pero no copiarse descaradamente de ellas. No le queda nada bien imitar a Ariana Grande, Dua Lipa y compañía. Debería escuchar el Ray of Light de Madonna como inspiración, ése sí que es un excelente disco de madurez, con letras reflexivas y profundas.
Les comento que no tendremos más discos de divorcios de la canadiense porque a su tercer prometido, Mod Sun, lo dejó plantado en el altar. El matrimonio y la maternidad, no son para ella. Lavigne no tiene hijos y está al 100% dedicada a su carrera musical. Y me parece bien si ésa es su elección, si ella es feliz así, estando soltera, porque es su vida privada y tiene derecho a vivirla cómo se le dé la gana. Ya no estamos en el siglo XIX ni en la Edad Media, si no quiere casarse de nuevo o tener hijos, está todo bien. Por último, si les gusta el pop rock y nunca escucharon "Goodbye Lullaby", denle una chance que es un disco de gran calidad musical.
Puntuación: 9/10
Músicos:
Avril Lavigne – vocales, guitarra, piano, dirección artística, productor (10 y 13).
Deryck Whibley – mezclador (track 14).
Max Martin – mezclador (tracks 2, 4, 5, 7).
Luxor – productor y mezclador - (tracks 2, 4, 5, 7, 8, 9, 11, 12).
Butch Walker - productor (track 14).
Evan Taubenfeld - compositor (tracks 3, 8, 9).
David Campbell - arreglos de orquesta (tracks 6,8,9,11,12,13).











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