¿Dónde encuentro la belleza en el arte? Una reflexión muy personal al respecto



¿Qué es la belleza? Podríamos hacerle ésta pregunta a muchas personas y ninguna respuesta sería igual a la otra. Hoy voy a compartirles lo que es la belleza para mí, en el arte. Se me ocurrió escribir éste artículo porque hace poco, uno de mis lectores, que hace varios años que me lee, me comentó que mi blog era una muestra de que le había dedicado toda una vida al arte. Nunca lo había pensado desde ésa perspectiva, pero sí, fueron muchos años de estudiar Literatura y de escuchar música, desde niña, así que él estuvo más que acertado en ésa observación. Sí, todavía es en parte, una vida dedicada al arte, aunque sea como humilde espectadora y consumidora. O en mi trabajo, enseñándoles a otros una selección del canon de la literatura occidental. Primero, voy a contarles porqué decidí abrir éste pequeño espacio virtual y luego, me adentraré a reflexionar sobre qué es la belleza para mí. 


Cómo surgió la idea de abrir "El Rincón del Metal Sinfónico"



Desde el año 2020 hasta fines del 2022, reseñé discos en una web española dedicada al heavy metal, gran parte de mis lectores actuales me conocieron allí. Aprendí muchísimo en ese lugar, pero carecía de la libertad que tengo aquí. Cada disco que yo reseñaba, debía ser aprobado por el administrador de la página y más de una vez, me los rechazaron: Radiohead, Soda Stereo, REM... pasaron a formar parte de la lista de "bandas prohibidas". Recién cuando abrí éste blog pude reseñar a éstos artistas y muchos otros más, recuerdo que cuando llevé a PJ Harvey, hubo usuarios que hicieron un escándalo: "¡Eso no es metal! ¡Eso es basura!", escribieron algunos, indignados. 

Cuando la web estaba por cerrar sus puertas, tras 16 años de existencia, dos de mis lectores me insistieron, me pidieron que abriera un espacio propio, para continuar con las reseñas de discos. No fui la única que lo hizo, Witchfyre, un veterano español, también lo hizo y cuenta con su propio blog, al que visito de vez en cuando porque trae material muy interesante.



Una reseña, siempre es una opinión subjetiva 




¿Qué es la belleza, para mí? Intento contestar ésta pregunta y debo aclarar, que lo que ustedes leen aquí (las reseñas de discos, libros, series o películas) son opiniones subjetivas y muy personales, siempre escritas bajo mi punto de vista. Yo no tengo la verdad absoluta ni mucho menos. No vengo aquí a dar cátedra o a "hablar de mi libro" (como me acusaron cuando reseñaba en la otra web por llevar disney metal y no heavy clásico ochentero de machotes) . Nunca pretendí que mis lectores coincidieran conmigo, me aplaudieran o me elogiaran. Pueden compartir mis opiniones o no y eso es más que respetable. Si afirman que los aburre "Cumbres Borrascosas" o que el último disco de Nightwish es una obra maestra, pues allá ustedes, tienen todo el derecho del mundo a hacerlo, a disentir, a debatir. 

En los años que llevo escribiendo reseñas, más de un lector se enojó conmigo por lo que escribí sobre determinados músicos (Epica y su disco "Omega" o "Human Nature" de Nighwish) o libros. Tal vez alguno se ofendió porque mencioné que cierto autor me aburría o que prefería leer a algunos sobre otros. Puede que alguna vez se me fuera la mano con alguna crítica, ironía o sarcasmo, pero no he querido hacerle daño a nadie con mis palabras. Mi amiga Jackie dice que "lo cortés no quita lo valiente", que no soy tan reseñista gruñona y que lo estoy haciendo bien en éste blog. Me ve más libre, más auténtica y picante que en la otra web. Sé que me lees, querida Jackie, y ojalá podamos bebernos juntas un tequila en México y brindar por la vida y por los buenos tiempos en los que éramos las dos únicas mujeres escribiendo sobre heavy metal en un lugar repleto de hombres, de heavies machotes, que a veces eran respetuosos y tiernos, y otras, no tanto. 


Un colega reseñista, Heartbolt, una vez me preguntó porqué reseñaba metal sinfónico si me leía muy poca gente. Y era verdad, no era el género musical más popular en El Portal. Mis reseñas desentonaban con las otras de metal extremo o heavy clásico, que eran más valoradas que el "femenino" disney metal (algunos no se dan cuenta de que en las bandas de metal sinfónico la única mujer es la cantante, el resto de los músicos son todos varones). Yo le expliqué a Heart, que no reseñaba para inflarme el ego o ver mi seudónimo de chica Bond de Casino Royale en la portada de la web. No quería que me adularan y elogiaran por lo que escribía allí, sino que lo hacía por el gusto de compartir mis discos favoritos (o los que no lo eran) con los demás metaleros. Yo quería llevar mis reseñas a la que en su momento fue la web donde estaban la mayor cantidad de críticas del género en toda Hispanoamérica (16.000 reseñas) y lo logré. Aunque la cerraran, fue lindo mientras duró. 

El Portal era un lugar al que los metaleros queríamos muchísimo y gracias a ésa web, conocí a personas de todo el mundo y sobrellevé mejor la cuarentena eterna del Covid 19, que en Argentina, fue durísima. Gracias a otros reseñistas y colegas, descubrí montones de bandas y encontré personas con las cuales conversar de una de mis grandes pasiones: la música. 


El lado oscuro del "periodismo musical informal". 

Machos alfa mode on: la lucha por los lectores y comentarios


En los últimos dos años de vida de aquella web, a algunos de mis colegas varones -no voy a dar nombres, pero mis amigos reseñistas saben a quienes me refiero- les encantaba que los adularan por sus reseñas, que les dijeran lo brillantes que eran, que se parecían a una Biblia o institución del heavy metal. Este tipo de reseñista gruñón y egocéntrico, despreciaba lo que traían sus colegas (¿Metal sinfónico? ¿Rock Alternativo? ¿Jinjer?, no, lo más importante era el black metal) y reclamaban cuando sus textos no recibían comentarios. De repente, publicar allí se convirtió en una lucha desesperada entre ellos, para ver quien era el más popular y recibía más comentarios de los usuarios. Es más, hasta escribían casi a pedido, llevaban el tipo de música que sabían que era valorada por los que frecuentaban la web, aunque nos les entusiasmara, con tal de recibir aplausos.

Siempre afirmé -y mis amigos varones, antiguos reseñistas de ésa página web, opinan igual que yo- que había demasiada testosterona en El Portal del Metal. Por ese motivo, los usuarios y reseñistas se peleaban tanto, se armaban polémicas tremendas (hasta amenazas de agarrarse a las piñas en un ring de boxeo de Madrid) por pavadas como llevar una reseña de X Japan, por diferencias en cuanto a valoración de discos o por criticar a algún músico, como cuando el bajista David Ellefson fue despedido de Megadeth y un usuario que siempre buscaba mugre, armar bronca, se peleó con un montón de personas por defenderlo. 

Yo nunca reseñé para tener más comentarios o lectores, sino para compartir con los demás sobre la música que me gustaba, me ponía contenta cuando podía descubrirle a otros alguna banda que no conocían, como me pasó con PJ Harvey, Ex Libris, The Runaways, After Forever, etc... Así como yo también, conocí bandas geniales como Kamelot, Avantasia, Heart, Diabulus in Musica, gracias a los demás reseñistas. Escribo por amor a la música, no por vanidad o afán de reconocimiento. 


Avantasia, la súperbanda de power metal que descubrí gracias a Marcapasos.


Pero no todos mis colegas, eran así. Había alguno que otro que competía con los otros por ser el macho alfa, soñaba con ser el próximo Stalker213, un reseñista mítico que era una leyenda de ésa web, un veterano de Barcelona que era una eminencia en metal extremo, en death metal. Stalker -el que me apodó, con mucho humor, "la princesita del disney metal", o "muchachita", enojado con un troll de la web que estaba ensañado conmigo, que cuando se metió con él, salió perdiendo.- fanático de Tarkovsky, era historiador y arqueólogo de profesión (no se crean que los metaleros son unos pordioseros ignorantes, eh), formó a muchísimos reseñistas jóvenes y los motivó a escuchar y a escribir de música, como a mi joven colega Kaleidoscope. Se convirtió en un personaje caricaturesco de la web, pero muchos soñaban ser como él. Y es que era uno de los mejores reseñistas de la página, tendrían que haber visto cómo escribía de Queensryche o Metallica, entre otros. Stalker, con todas sus mañas o su ego (a lo último se subía a la montaña y a veces decía tonterías de excéntrico), era un maestro. Y lo sabía. 


Lo que me sorprendió de mi experiencia en aquella web, es ver cómo algunos hombres se mataban entre sí para ser la pluma -o tecla- más importante del lugar, y eso que no era la Rolling Stone o la Metal Hammer, era un nicho virtual para los metaleros de Hispanoamérica. Era como nuestro bar. Yo nunca me quejaba sino me comentaban, porque no tenían obligación de hacerlo. Era la princesita del disney metal que llevaba metal sinfónico y a pesar de que varias veces se metieron conmigo (al punto de que a veces tenía que mostrar los dientes y sacar las garras, porque sino, te devoraban allí, más siendo mujer) después de un año, se cansaron y me dejaron en paz. Aprendieron a tolerarme en la web. Y hasta terminé a los abrazos virtuales con Witchfyre, un colega reseñista, veterano (y encima músico profesional, ex bajista, que llegó hasta grabar discos con su antigua banda) con el cual tuve algunos encontronazos en el pasado, pero con quien arreglamos nuestras diferencias. Terminó por respetarme debido a la dedicación que le dí al lugar, porque los dos nos quedamos hasta el final, cuando todos los demás abandonaron el barco. 


I write alone: el día que me quedé sin mis amigos


Si hay algo que echo de menos de la web donde me formé como reseñista, es a mis colegas, a mis amigos. Aquí publico sola, pero extraño ver mis reseñas junto a las de Metal Priest y Sephiroth, de Galicia, Kaleidoscope, de Caracas, Venezuela, Jackie, de México, House, vasco pero mexicano por adopción, dHT, de Madrid... También recuerdo a mis lectores; Nunataks, de Valencia, RockSolamente -que apareció por aquí, dándome una alegría enorme- Indoku y Hank, de Venezuela, Christian y Burton de Chile, Gustav de Vigo, Frank de Perú, Kuarox de Barcelona, paradiselost de Tandil, Argentina, karl y rock4ever de España, Unfercober de Valladolid, Magic Rock de Andalucía, Marcapasos de las Islas Canarias... 


Nos cerraron el bar de heavy metal, y de repente, me encontré sola de nuevo.
Los chicos, mis colegas, dejaron de publicar, ya sea por el trabajo o por la decepción de que el administrador no renovara la interfaz ni aceptara donaciones de dinero para mantener el sitio en pie. Hubo gente que escribió gratis hasta 350 reseñas durante años, que se dejó la vista, los oídos y el corazón en ésa página web, para que la cierren sin contemplaciones. Yo habré publicado 100 o 120 reseñas, más o menos. 

Cuando abrí éste lugar, me costó empezar de nuevo, yo estaba acostumbrada a estar arropada -o acompañada- por mis colegas, mis amigos. A ver mis reseñas junto a las de House, Metal Priest, Jackie, Kalei, Sephiroth... Aún así, rescato lo positivo de éste humilde blog, que aquí soy libre. Nadie se ofende si traigo música que no es heavy metal, puede que se enojen por otras cosas -por mi carácter un poco belicoso y mi tendencia a no tener pelos en la lengua cuando reseño algo- pero por esa, no. Acá puedo reseñar lo que yo quiera, porque soy la dueña del lugar. Y no saben el alivio que me da poder hacerlo. 

Extraño a mis colegas, a mis amigos reseñistas. Nos debemos una juntada en España, con los que viven allí, algún día. Pero a ellos, el metal sinfónico no les gusta y por eso no los invito a participar aquí. O ya se jubilaron de las reseñas, como mi amigo Marcapasos, que entre el curro y los novelones de Brandon Sanderson, ya no tiene tiempo ni ganas de escribir. Lo suyo, como dijo otro de los lectores, era una salvajada en cuanto a reseñas de power metal. Nadie llevó tantos discos de ése género como él a la antigua web. Marca, amante de la fantasía épica, es mi filólogo favorito, el tío más majo que pueda existir, jamás se enojó conmigo por mis demoledoras críticas a Epica y a Simone Simons, y eso que es un gran fan de la banda. He dejado de dedicarle reseñas porque lo hago ruborizarse, aunque no podré evitarlo en la próxima de Avantasia. Te quiero, querido Nacho, sos lo más. 

Tu Cersei de las reseñas sinfónicas. 



¿Qué es la belleza para mí?: las pequeñas cosas de la vida.


Amy Lee de Evanescence en directo



Hace varios años, un amigo metalero que era un gran observador de la naturaleza humana me dijo que yo encontraba la belleza en las pequeñas cosas de la vida. Que yo era una "persona llena de alma" y que eso le encantaba de mí. Yo lo desconcertaba porque era diferente a otras mujeres que había conocido antes. "Sos rara", me confesó una vez, un poco asombrado de mis peculiares gustos respecto a la música y a otras artes. Me confesó que si yo fuera una diva, nunca sería mi amigo. No le gustaban ése tipo de chicas, a las que consideraba egocéntricas y superficiales, que vivían para la estética, la imagen, la moda, la ostentación de las cosas materiales y que se creían "perfectas". 

Éste amigo me vio emocionarme como una niña con las canciones de Metallica, Pantera, Nightwish o Within Temptation. Al notar mi amor por los libros, por la lectura, decía que yo era como "Matilda", el personaje de Roald Dahl. Él me escuchó hablar con pasión del talento de guitarristas como Randy Rhoads, me vió estremecerme ante los gritos de Phil Anselmo de Pantera al final de "Cemetery Gates", caer rendida ante la voz operística de Tarja Turunen y venerar las baladas al piano de Tori Amos. 

Me escuchó despotricar contra los músicos que no me gustaban, cuando no compartíamos la misma afinidad por determinado artista. Más de una vez tuvo que tolerar (con mucha paciencia) que le dijera que tal banda o cantante que adoraba, a mí no me gustaba, como la vocalista Taylor Momsen de The Pretty Reckless. Es que los videoclips de ése grupo eran un verdadero espanto. O que le dijera que Mia Coldheart de Crucified Barbara era una gritona o que The Donnas son una copia de The Runaways (y es que lo son, igualitas con una producción de los 2000). No, no soy una hater. Pero cuando un grupo no me gusta, no tengo pelos en la lengua para decirlo. Y me da igual si mis amigos los adoran o no, no me importa que se ofendan. El gusto por la música es personal y muy subjetivo. Como yo tampoco puedo pretender que todos amen las bandas que yo adoro. 


Phil Anselmo de Pantera, en los noventa. Probablemente, el vocalista de heavy metal más sexy que pisó la Tierra. 


La cuestión es que éste amigo metalero afirmaba que yo era una mujer compleja, como un rompecabezas y que por mucho que lo intentara, nunca iba a terminar de conocerme del todo, porque yo era algo así como un misterio. Nunca lo había visto de ésa manera. 

Pero volvamos a la belleza. ¿Dónde la encuentro? En una canción, en una voz que me conmueve o transmite emociones, sentimientos, como la de Tarja Turunen, Roy Khan o Tori Amos, por ejemplo. O sino, en un libro, en un párrafo o escena con palabras que se me quedan grabadas en la memoria, en las pinturas de Van Gogh, Frida Kahlo, Monet, Gustav Klimt o Botticelli (El Nacimiento de Venus es mi preferida del Renacimiento), entre otros. También encuentro belleza en alguna que otra película, serie, en una buena historia ficcional... O en la mirada dulce de mi perra bulldog, Galatea, cuando me observa con sus fieles ojos castaños anhelantes de amor y cariño, y su patita estirada para que yo se la agarre, como si fuera un humano. 

Belleza es la mirada de un hombre o su sonrisa. Sin embargo, también encuentro hermosura en la oscuridad, en lo lúgubre, gótico, como las novelas de las hermanas Brontë, Drácula de Bram Stoker o Frankenstein de Mary Shelley. O sino, en los cuentos de Mariana Enríquez; repletos de fantasmas, monstruos, desaparecidos y muerte, de gente aterrorizada ante la irrupción de lo sobrenatural en lo cotidiano. Porque los cuentos de Mariana, hablan de la realidad argentina pura y dura, de la pobreza, la desigualdad, la marginalidad, la violencia, pero filtradas mediante procedimientos narrativos, convertidas en literatura, lo cual, tiene un efecto estético impactante, contundente, que a mí me emociona, me cautiva. 

Recuerdo el desconcierto de mi amigo Marcapasos cuando le comenté que amaba las novelas negras nórdicas, los policiales de Jo Nesbø, Stieg Larsson, Camilla Läckberg, que son bien sangrientas, bien oscuras, repletas de crítica social más allá de los crímenes que aparecen en sus páginas. Una chica, tal vez no debería leer ése tipo de historias, pero a mí me encantan. Yo encuentro la belleza cuando escucho a Roy Khan cantar sobre la condesa sangrienta, Elizabeth Báthory o acerca del Fausto de Goethe, canciones que abordan temáticas como la muerte, la ambición, la obsesión por la belleza y la juventud, la traición, lo diabólico. Lo mismo me pasaba cuando era jovencita, me fascinaba ante las interpretaciones viscerales de Amy Lee de Evanescence y sus alaridos de dolor - en realidad son notas altas, no alaridos, pero queda más poético- en "Haunted""Whisper" "Lithium" cuando ya tenía mejor entrenada su poderosa voz de mezzosoprano. Adoro el metal gótico, porque tiene una intensidad, de la que otros géneros carecen. 

Lo rosa, lo luminoso, lo delicado, sofisticado, glamoroso y lo que supuestamente debe ser "femenino"
-o tiene que serlo- me aburre. En cuánto a la música, necesito emociones más fuertes, más contundentes y no siempre se demuestran con guitarras eléctricas o voces guturales. Encuentro belleza en la delicadeza y crudeza de Tori Amos cuando te canta sobre la violación que sufrió en Los Ángeles cuando era jovencita, en "Yes, Anastasia", utilizando a la princesa rusa como metáfora de su propio dolor, acompañada del piano y cuerdas. Pero también hallo el encanto, lo lindo, lo hermoso, en los guturales desaforados y brutales de Helle Bogdanova de Ignea, cuando canta sobre su Ucrania natal y los viajes de Sofía Yablonska en el magnífico y visceral disco "Dreams of Lands Unseen".


La cantante ucraniana Helle Bogdanova de Ignea. Una auténtica bestia -en el buen sentido- a las voces. 

Ignea tocando "Far Horizons". ¡Qué vocalista, por el amor de Dios! 



"El metal sinfónico es lúgubre"

Mi madre

La banda holandesa Within Temptation, una de mis predilectas.


"El metal sinfónico es lúgubre", sostiene mi madre. No le gusta nada. Ella ama la música latina, fiestera y alegre, en español. Por eso sostengo que cada persona es única, en cuanto a gustos musicales y literarios. No hay nada que yo disfrute más que la voz de Tarja Turunen cuando le saca el máximo potencial a su voz lírica, en canciones como "Oasis", "In for a Kill", "The Phantom of the Opera", "Kuolema Tekee Taiteilijan"... Los momentos en los que su voz está acompañada de violines, piano o cuerdas, orquestaciones, para mí, es lo más cerca del paraíso a lo que puedo llegar a estar en la Tierra. Efectos similares provocan en mí las voces de Zuberoa Aznárez, Sharon den Adel, Liv Kristine o Dianne Van Giersbergen, pero como mi adorada finesa, no hay. 


Ésto, para mí, es una manifestación de la belleza. 

Creo que sino me gustara un poco la oscuridad, no escucharía heavy metal, lo mismo le debe pasar a los que me leen, que son metaleros. Esta es una música pasional, agresiva, intensa, invasiva, a veces técnica, virtuosa -como en el progresivo- que no es para todo el mundo, no está escrita para los que se sientan más cómodos con música delicada, tranquila y agradable, como mi hermana, por ejemplo. Y eso es más que respetable, no a todos tiene que gustarle. La belleza, para mí, es la voz operística de Tarja Turunen y para mi hermana, la melancólica de Thom Yorke. Cada mujer es un mundo. 


Thom Yorke, vocalista de la banda británica Radiohead. Mi hermana es fanática de éste grupo, fue la primera banda que vio en un concierto, en directo. A ella, no le gusta el heavy metal. 


Lo bonito, lo lindo, lo hermoso, lo que más me impacta y conmueve, no lo encuentro en las cosas materiales -lo cual no quita que no me agrade tener una ropa o calzado bonito, como a todo el mundo- porque para mí es más valioso, más importante, un libro, un disco, una película, que una cartera de Louis Vuitton. No estoy afirmando que esté mal a los que le encanten (si es que pueden costeársela, claro está) y que sean felices con eso pero yo, como dijo con agudeza aquel amigo mío, encuentro la hermosura, el placer, la belleza, en las cosas pequeñas de la vida. Cada persona, lo ve de manera diferente y es más que respetable. 

Para terminar con éste texto, una vez le pregunté a éste hombre si cuando se miraba al espejo era consciente de su propia belleza  -era un chico muy lindo, precioso-. Me dijo que no. Yo percibía que él estaba más enfocado en observar, disfrutar y apreciar otras cosas, como la música que le gustaba, que a sí mismo. Y tal vez, su sensibilidad y absoluta falta de vanidad, fueron los motivos por los cuales conectamos a nivel emocional de inmediato, era como si nos conociéramos de toda la vida. Él era un artista, a su manera, aunque no supiera tocar ningún instrumento. Y tenía los ojos tan llenos de pasión, de vida, de fuego, como nunca había visto en ningún otro hombre que yo conociera antes.  

Comentarios

  1. Tu publicación es muy amplia y profunda. Hay mucho para comentar y analizar. Pero voy a detenerme puntualmente en una cosa. En tu mamá (o más bien en la dicotomía que, a partir de ella, se plantea): "El metal sinfónico es lúgubre" / "Ella ama la música latina, fiestera y alegre, en español".

    Como decís, cada individuo tiene sus gustos. Y habría que adentrarse en la psiquis de cada uno para conocer las razones por las cuales algo en concreto le atrae o no. Pero, más allá de esta salvedad, es evidente que "lo oscuro" repele a mucha gente. Porque inconscientemente le tienen miedo o no lo pueden soportar anímicamente. La vida es dura y nos pone a prueba día a día, por lo que exponerse a estímulos "tristes" no es una alternativa viable para muchos... Así como estar plenamente informado en el ámbito histórico-político-económico-social es abrumador (además de imposible), razón por la cual hay una tendencia a ver/escuchar/leer cosas más ligeras o digeribles; en el ámbito emocional/espiritual pasa lo mismo… El arte transmite emociones. Y algunas emociones son difíciles de sobrellevar para ciertas personas (o para cualquiera en determinados momentos o circunstancias). Por lo que celebrar el amor y la alegría de vivir (a través de la música o de cualquier otra expresión artística) parece ser una opción más acertada para seguir adelante y no pegarse un corchazo.

    Pero, lo cierto, es que tanto el día como la noche conforman nuestra existencia. Y del dolor y el sufrimiento nace el afán de cambio y superación (tanto individual como colectivo). Y tal vez esa es la barrera que muchos no pueden ver o superar: Que de expresiones artísticas lúgubres uno puede encontrar la fuerza o esperanza, al ver que no estamos solos; que otros sufren tanto o más que nosotros, y aun así se mantienen íntegros. Y es este proceso de identificación con el otro el que nos sirve para alimentar un poco nuestra fe en la humanidad.

    Desde ya, también sucede que muchos se regodean en lo lúgubre, sintiéndose por ello más despiertos y especiales. Pero esto es más por postureo que otra cosa... (Me vino a la mente el emo de Capusotto, jaja).

    En fin, la vida humana tiene luces y sombras. Y creo que lo más sabio y provechoso es buscar el equilibrio, y alimentarse de la riqueza que de ambos polos artísticos se puede obtener... No sé, al menos yo puedo disfrutar tanto del metal sinfónico más lúgubre, como de la música fiestera y alegre (siempre que me parezca de calidad, claro está). No veo que sea incompatible una cosa con la otra.

    Y para concluir, yo diría que el arte es belleza. No la belleza natural que puedo apreciar en el cuerpo de una mujer, en un amanecer o en el pelaje de un tigre. Belleza "fabricada" por el ser humano; pero belleza, al fin y al cabo.

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    1. Hola! En realidad, no quise plantear una dicotomía con el gusto musical de mi mamá. Ése es su caso particular, ella siente un profundo rechazo por el metal sinfónico. No le gusta. Estoy segura de que hay personas que pueden disfrutar de la música más gótica, oscura y metalera y también de la más fiestera y alegre. Soy una gran fan de Madonna -tanto que la reseñé aquí- y alguna vez bailé música como Becky G en los boliches... O disfruto escuchando alguna canción de Nicky Jam o Karol G. No tengo ése problema ni tampoco soy una metalera ortodoxa que vive en su nicho. Cada cual, tiene sus gustos y eso siempre es más que respetable.

      Sí que lo oscuro repele, eso seguro. No a todo el mundo le agrada ni lo hace sentir cómodo, pero algunos dicen que el arte más melancólico o triste sirve para sublimar ciertas experiencias de la vida. Es muy bonito lo que decís al respecto, por ejemplo, tengo una amiga que tras sufrir una desilución amorosa -o imposibilidad de concreción de una relación con un hombre al que amaba mucho- se vió montones de películas de ésa temática y se aficionó a las novelas de Edith Warthon, como "La edad de la inocencia". Esas películas y libros, le ayudaron a soportar ese momento duro y ver que otras personas habían sufrido lo mismo que ella, le permitió comprender que no era la única y que de alguna manera, iba a poder superarlo.

      Jajaja es cierto que hay alguno que otro emo, yo tenía una amiga así en la secundaria. Estaba de moda en ésa época lo dark... Yo, al menos, puedo disfrutar de las dos cosas. Creo que todos los seres humanos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior y que es algo muy del ser humano.

      Mirá, yo tampoco creo que sea incompatible que te guste el metal sinfónico y la música fiestera y alegre. Salvo que mi mamá, no lo ve así, pero bueno, es una persona mayor, de otra época y comprendo porqué no se siente cómoda con música como la de Tarja. Con ése párrafo, no quise generalizar, sólo fue comentar cómo lo ve ella y que cada persona, tiene gustos y afinidades diferentes. Y es más que respetable. Me alegra que puedas sentirte cómodo con ambos estilos musicales, hay gente que no puede o no lo logra. No todos tenemos la misma apertura musical, en ése sentido.

      Sí, coincido contigo. El arte es belleza, fabricada por el ser humano. Aunque si le preguntáramos ésto a diferentes personas, seguro que cada cual tendría una opinión distinta al respecto, porque cada cual es único y aprecia las cosas desde una perspectiva muy particular.
      Muchas gracias por tu comentario. Saludos!

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  2. Creo que definir la belleza es algo muy complicado. La belleza esta en los ojos de quien mira o en el oído de quien escucha, por lo tanto es algo muy subjetivo y como dices, cada quien tendrá su opinión y muy diferente. Lo que sí es claro, es que es algo profundo, conmovedor y que de verdad te sacude el alma. Cuando estudie en la universidad, tuve una novia rubia, elegante, alta, sobria, de casi 1,80, toda una Vikinga, el tipo de mujer que pudiera tener el hombre que ella quisiera. Una vez me dijo, que toda mujer es atraída por el físico del hombre, que esa la condición primaria y quien lo negara se estaba engañando a sí misma. Pero a medida que lo conocías, esa cara bonita se abría y entonces mirabas en su interior, para ver que había allí, que clase persona era y allí decidías si seguir adelante o no. Jamás olvide eso, lo lleve presente toda la vida.
    Cuando te dije que eras una Diosa, no te lo dije por decírtelo o por echarte un piropo, como decimos en Venezuela, es que me encuentro, que ya te lo habían dicho, aunque no de manera directa. Quien fue?: Tu amigo Metalero, cuando te dijo que eras “rara”, es decir diferente, que tus gustos musicales y en otras artes no eran comunes en otras mujeres: Es decir te encontró cierta profundidad en tu alma, que no te impresionaba lo banal, lo superficial, que te gustaban las pequeñas cosas, que en ellas veías la belleza. Te das cuenta, que opinamos lo mismo de ti, es mas yo compartí este articulo con mi mejor amigo, ese de toda la vida, que teniamos los mismos gustos musicales desde jóvenes, y aunque él era fan de la poesía, yo era mas de novelas y hechos históricos. Al terminar de leer tu artículo, me dijo: el tipo de mujer que siempre buscamos y que nunca encontramos en nuestra juventud. Amante de la música potente y de las letras, con autentica sensibilidad, con alma de verdad, que apreciaba las cosas profundas del espíritu humano. Toda tu historia en El Portal también demostró tu carácter, tu fuertes convicciones, tu valentía como mujer, con alma, que defendió sus opiniones hasta imponerlas y lo más importante: conseguiste el respeto de esa comunidad, tan variada y tan difícil, reclamaste tu espacio y lo conseguiste. Totalmente admirable. Solo una Diosa podía hacerlo, sino pregúntate cuantas mujeres habrían tirado la toalla o hubieran salido espantadas de El Portal. Me alegra mucho enterarme de que aun mantienes contacto con muchos de los miembros y que muchos alabaron tu trabajo, Asi que Cassandra, Vesper o Vicky eres una Valkiria y muy poderosa. Sin embargo existe un precio que debes pagar, al ser de la manera que eres, no te va a hacer muy popular entre los hombres, la mayoría no va a saber apreciar el alma que tienes, a los hombres nos entrenaron para que nos gusten las mujeres frágiles y que nos necesiten, no fuertes de carácter o muy inteligentes. Ese es el precio que tendrán que pagar las mujeres y no solo ellas, yo me case a los 32, estaba en una búsqueda sin final, así que baje mis expectativas y logre conseguir una buena mujer, que todavía me acompaña.

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  3. Claro que a tu mama el Metal Sinfónico le parece lúgubre. Imagínate si llegara a sus oídos el Black Metal o Death Metal. Debe ser contemporánea conmigo. Somos de una generación en la que el Rock era difícil que lo encontráramos. Yo era fan de la Radio, de los Camilos Sesto de la época, es decir Rafael, Nino Bravo, los venezolanos Trino Mora, Yvo y demás, así como del Pop en Ingles. Era feliz, hasta el día que un amigo del colegio (tenía yo 12 años), me invito a sus casa a oir música y cuando llegamos a su casa, creyendo yo que teníamos los mismos gustos, va y pone el debut de Black Sabbath, seguido de In Rock de Deep Purple, Look at Yourself de Uriah Heep y E Pluribus Funk de Grand Funk, quede con la boca abierta, no podía creer la rabia, la potencia, lo épico, lo profundo de esa música que tenía un halo de oscuridad fascinante, no sabía que se hacía música de esa manera. Me enganche para siempre, por eso el dicho de que una vez que te haces rockero o metalero, lo eres para siempre. Tire o regale mis discos de Pop al llegar a mi casa, ya no era posible que esa música azucarada, suave me siguiera gustando ya me había exorcizado y era para siempre. Encontré la belleza en el Rock, cosa que se hizo más profunda al oír el Rock Sinfónico o Progresivo de los 70,s. Me enamore de su complejidad, de la sensibilidad para componer esos tramos complicados, llenos de melodía. En cuanto a los gustos de los demás, siempre prefiero decir que no me gusta a decir que es malo, siempre por respeto y porque nadie es dueño de la verdad, pero me cuesta creer que la música destinada para bailar sea algo para escuchar, esos tum tum repetido no me convence, no es profundo y mucho menos complejo. La música es arte, es expresión, pero para mí el valor viene dado por la manera en que lo digas, es decir, no solo expresión, sino expresividad, en las guitarras distorsionadas y también en los arreglos orquestales, esos que te emocionan.
    Gracias Cassandra por el artículo. Nos seguimos leyendo
    Un Saludo

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    1. Sí, a mi mamá el metal sinfónico le parece lúgubre y adivinaste, es contemporánea contigo. Debe tener tu edad. Jajajaja si escuchara Black Metal o Death Metal, le daría un soponcio. Cuando ella era joven, en los sesenta y setenta, el rock pesado, el hard rock, no llegaba a la Argentina, como seguramente ocurría en Venezuela. Lo máximo que podía escuchar era los Beatles, los Rolling Stones, o el rock nacional argentino. Además, ella fue adolescente en plena dictadura militar, así que ese tipo de música era censurada. En la Argentina de esa época, hasta el cine era censurado.

      Tu amigo de la escuela tenía un gusto muy avanzado y moderno para la época, porque Black Sabbath, Deep Purple, Uriah Heep, no eran bandas populares en América Latina y me da ternura leer lo pequeño que eras cuando descubriste toda ésa música. El rock tiene una intensidad, una fuerza, una complejidad y profundidad que nunca vamos a encontrar en la música pop más comercial o en la que es para estar de fiesta. Jajaja ¿Así que tiraste y regalaste tus discos de pop porque lo azucarado ya no te gustaba? Es una reacción muy común de los que descubrimos el rock y claro, el progresivo de los '70 era algo muy diferente, a mí siempre me costó por su complejidad... pero es hermoso, cuando tenés paciencia y sensibilidad para disfrutarlo.

      Es cierto, a mí tampoco me gusta decir que determinado tipo de música es mala, porque a los demás puede gustarle, pero no encuentro en las letras y la parte instrumental del "tum tum tum" o "tumpa tumpa" como le decimos en Argentina, profundidad, complejidad y corazón, alma. Es verdad, cuando uno nota que un música se esfuerza en expresarse, que logra compartir con los demás su arte y convertirlo en una experiencia colectiva, emocionar a los demás, ya sea con una guitarra distorsionada, con voces guturales o líricas, o con arreglos orquestales, es porque es bueno de verdad y tiene talento.

      De nada, me alegra mucho que te gustara el artículo. Un gusto leerte y muchísimas gracias por tus comentarios. Un saludo grande para ti :)

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