Tori Amos - Under the Pink

 





El rosa es un color con propiedades curativas, y representa la energía del amor. Sin embargo, el rosa es también el color que aparece cuando nos sacamos la piel [nos “desenmascaramos”]… Todo el mundo es rosa bajo la piel y esto es lo que quise expresar. El mundo interior es lo que me importa…


Tori Amos

Tracklist

1. «Pretty Good Year» - 3:25

2. «God» - 3:58

3.«Bells for Her» - 5:20

4.«Past the Mission» - 4:05

5.«Baker Baker» - 3:20

6.«The Wrong Band»  - 3:03

7.«The Waitress» - 3:09

8.«Cornflake Girl» - 5:06

9.« Icicle» - 5:47

10.«Cloud on My Tongue» - 4:44

11.«Space Dog» - 5:10

12. «Yes, Anastasia» - 9:33


Año: 1994

Sello: Atlantic

Rock alternativo, pop barroco. 



Creo que ya mencioné en reiteradas oportunidades que Tori Amos es mi cantante y compositora preferida, fuera del heavy metal. (En el metal, es la soprano finlandesa Tarja Turunen). La artista estadounidense no tiene una voz virtuosa como mi adorada Tarja, pero es una pianista y compositora extraordinaria. Hoy decidí reseñar su segundo disco,  Under the Pink, que salió a la venta en el año 1994, (cuando recién yo estaba llegando al mundo, vaya casualidad). Con esta expresión, "Debajo del rosa", Tori Amos se propuso abordar en sus canciones la cuestión de la femineidad, la sexualidad, la competencia y el odio entre mujeres, los estereotipos, la ruptura de las amistades y hasta se animó a escribir un tema sobre Anastasia Romanova, la hija menor del último zar de Rusia, quien fue fusilada por los bolcheviques en 1917, durante la Revolución Rusa.

Si su antecesor "Little Earthquakes" (1992) era un trabajo intimista, melódico, sombrío y desgarrador, pero accesible, "Under the Pink" es todo lo contrario, es un disco repleto de oscuridad e introspección, eso sí, con una mayor relevancia de la orquestación y el piano, en detrimento de las guitarras. Por este motivo es uno de sus álbumes que más años me llevó agarrarle el punto y que difícilmente escuche de un tirón, por la carga emocional que contiene.

Tori en este material abarca desde baladas suaves y conmovedoras hasta la estridencia del más puro rock alternativo, del cual fue una de sus representantes más notables en los noventa. Comenzando por la cadencia lenta de "Pretty Good Year", que luego adquiere mayor velocidad y estridencia, un excelente comienzo para un disco visceral como este. El medio tiempo "God" nunca fue de mis favoritos, a diferencia del minimalismo de "Bells For Her", una de sus canciones más brillantes, en la que la pianista narra de manera descarnada la ruptura de una amistad. De hecho, según ella: 


“[Las canciones] Cornflake [girl], Bells [for her] y Waitress forman un triángulo. Parte de este álbum trata sobre la traición de mujeres, entre mujeres. (...) Lo que nosotras como mujeres no hemos realmente asumido es cómo nos distanciamos entre nosotras - nos cortamos mutuamente de nuestras vidas muy rápido si sentimos que nuestra posición está siendo amenazada. No vemos cuán feroces podemos ser una con la otra. Podés culpar a los hombres por toda la eternidad, pero el culpar no nos va a dar auto-realización.”


[Life - 7 de febrero de 1994]


Son unas declaraciones muy interesantes las de la señora Amos, que hubieran caído muy mal si las hubiera dicho hoy en día, más de veinte años después de la publicación de  Under the Pink. Lo cierto es que a esta artista nunca le dio pudor abordar temas espinosos en las letras de sus canciones y en sus entrevistas a la prensa. Volviendo a las canciones, puede que “Past the Mission” sea la más personal de todas las que compuso, en la cual mediante metáforas habla sobre la superación de haber sido víctima de una violación (temática que ya había abordado en “Me and a Gun” de su disco debut). También es una crítica a la religión cristiana, especialmente, como dijo uno de sus admiradores, cuestiona “las lecciones impuestas desde su infancia acerca del pecado original, de la impureza del cuerpo y del sexo, y de la superioridad espiritual del hombre por sobre la mujer”. Hay que tener en cuenta que su padre es un pastor metodista y por este motivo, la religión es una temática importante en sus letras. 


A nivel musical, es de una belleza extraordinaria, debido a la  dulce y cautivante melodía del piano y a los coros de Trent Reznor (Nine Inch Nails), tiene una cadencia reflexiva que conmueve, además de las sutiles orquestaciones que le aportan un aura más sinfónica a este álbum. Se nota la diferencia entre Under the Pink (mucho más refinado, mejor producido, más elaborado) que el de su disco debut, Little Earthquakes. Es que la pelirroja estadounidense, en los noventa, fue grabando un disco mejor que el otro, auténticas obras maestras que hoy, casi 30 años después, continúan siendo clásicos atemporales. No suelo incluir citas sobre qué opinan los músicos que reseño, pero con ella lo vale, por la riqueza exquisita y la profundidad de sus letras: 



Past the Mission se refiere a una experiencia personal con la violencia sexual, sobre lo cual también puse una canción en Little Earthquakes. Entonces, la frase “Una vez conocí una chica ardiente” es dolorosa. ¿Adónde se ha ido? En este álbum hay canciones sobre la sanación de esa experiencia, como Baker Baker (“Hazme completa de nuevo”), Past the Mission, Yes, Anastasia. La idea es rescatarme a mí misma del rol de víctima. Entonces todavía tengo una opción. Aunque no pueda cambiar lo que sucedió, puedo elegir cómo reaccionar. Y no quiero pasar el resto de mi vida amargada y encerrada. Ese es también el pensamiento detrás de la frase “Pasando la misión, huelo las rosas”.


Tori Amos. [St Louis Dispatch – 15 de julio de 1994]



Pasamos a “Baker Baker”, la balada más triste, orquestal y melancólica de este disco, a pesar de que es hermosa uno puede sentir el dolor de la mujer cuando la está cantando. Es interesante porque en la letra (según ella) expresa el amor que sentía hacia ella su pareja de aquel entonces, el productor Eric Rosse, pero que a ella le costaba corresponder porque estaba emocionalmente inaccesible por la experiencia traumática que había sufrido unos años atrás. 

Como Under the Pink es uno de los trabajos más aclamados de Tori Amos, no vale la pena que me detenga en todas las canciones que lo componen. Sí puedo afirmar que la contraparte más rockera la conforman “The Wrong Band” (dedicada a sus amigas que se dedicaban a la prostitución), “The Waitress” (en la que expresa todo su odio por una mesera que la atendió mal) y “Space Dog”, cuya parte instrumental es una auténtica maravilla. Por otro lado, la inquietante “Icicle” trata sobre la masturbación femenina, un tema con resonancias autobiográficas.

La canción más famosa de este álbum es “Cornflake Girl”, una metáfora que trata sobre las mujeres “copo de cereal”, las bellas que salen en las publicidades de cereal de maíz, con las cuales no se identifica. Es uno de los temas más rockeros, divertidos y entrañables que compuso para este disco, lo más destacable son los coros gospel, el espectacular y virtuoso solo de piano que te deja sin aliento y la potencia y fuerza que desprende a la hora de cantar e interpretar. Junto con “Yes, Anastasia”, es mi favorita de este trabajo. 


"Están las chicas copo de cereal y las chicas pasa de uva, y ellas representan dos maneras diferentes de pensar: estrechez mental y mente amplia. Es sobre la desilusión que surge al darse cuenta de que alguien se ha pasado de un modo de pensar al otro. También es sobre esta idea de que las mujeres son las buenas y los hombres los malos, lo cual no es cierto todo el tiempo."


Tori Amos (Febrero, 1994)


“Cloud in my Tongue” es otro track que me parece una obra de arte, gana mucho más en la versión orquestal de “Gold Dust”, tanto la orquestación, como la melodía son sublimes, sin duda es la canción más bella de Under the Pink, un disco complejo, intimista, contradictorio, en sus tramos más melódicos y en los más oscuros, más dramáticos. La que cierra el segundo álbum de la señora Amos es la magnífica y grandilocuente “Yes, Anastasia”, influenciada por Debussy y Tchaikovsky, reminiscencias de sus estudios de piano clásico en el conservatorio Peabody de Baltimore. Comienza como una balada suave y delicada y termina cantando casi a los gritos, su voz de mezzosoprano acompañada de violines y arreglos de cuerdas. 


Pensé que había pasado por esto en 1919

Contando las lágrimas de diez mil hombres

y [que había] reunido a todos, pero mis pies están resbalando

Hay algo que dejamos sobre el alféizar de la ventana

Hay algo que dejamos, sí


Vamos a ver cuán valiente sos

Vamos a ver cuán rápido estarás corriendo

Vamos a ver cuán valiente sos

Sí, Anastasia


Y todas tus muñequitas tienen amigos (...) 



No me bastan las palabras para describir lo que siento por dentro cuando escucho “Yes, Anastasia”, es de ese tipo de canciones que te llegan al corazón, al alma, que a pesar de estar cantada en inglés, te emociona de una forma que no hace falta comprender lo que significa palabra por palabra, sino que alcanza con la sentida interpretación de Tori Amos.



On my way down

All the girls seem to be there

We'll see how brave you are

We'll see how fast you'll be running

We'll see how brave you are

We'll see

We'll see how brave you are

Oh yes, we'll see how fast you'll be running

We'll see how brave you are

Yes, Anastasia


Under the Pink es uno de esos discos que vale la pena escuchar, aunque sea una sola vez en la vida. No puedo decir que todas las canciones sean mis preferidas, pero algunas de las que lo componen son de las más famosas y reconocidas de la pianista norteamericana. Cornflake Girl, Past the Mission, Baker Baker, Cloud In My Tongue, Yes, Anastasia… ya por esas cinco canciones vale la pena oír este disco, aunque el resto no te convenzan del todo, aunque sean un tanto inaccesibles, o te lleven sus buenos años agarrándole el punto, como me sucedió a mí. 


Puntuación: 10/10. 
















Músicos


Tori Amos - Piano, Voces

John Acevedo - Viola

Steve Caton - Guitarra

Paulinho Da Costa - Percusión

Michael Allen Harrison - Violín

Melissa "Missy" Hasin - Violonchelo

Ezra Killinger - Violín

Dane Little - Violonchelo

Cynthia Morrow - Viola

Carlo Nuccio - Batería

George Porter, Jr. - Bajo

Chris Reutinger - Violín

Trent Reznor - Voces

Jimbo Ross - Viola

Nancy Roth - Violín

John Philip Shenale - Cuerdas, Órgano

Nancy Stein-Ross - Chelo

Francine Walsh - Violín

John Wittenberg - Violín


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