Evanescence - The Open Door

 

El disco más gótico de Evanescence




Tracklist

. "Sweet Sacrifice" - 3:05

2. "Call Me When You're Sober" - 3:34

3. "Weight of the World" - 3:37

4. "Lithium" - 3:44

5. "Cloud Nine" - 4:22

6. "Snow White Queen" - 4:22

7. "Lacrymosa" - 3:37

8. "Like You" - 4:16

9. "Lose Control" - 4:50

10. "The Only One" - 4:40

11."Your Star" - 4:43

12. "All That I'm Living For" - 3:48

13. "Good Enough" - 5:32



Año:  2006

Metal gótico


“The Open Door” existe gracias a dos rupturas. Una de ellas, musical y compositiva: la polémica e inesperada partida del guitarrista Ben Moody en plena gira del multiplatino “Fallen”. La amistad de años que tenía con Amy Lee no soportó la fama, el éxito y las presiones de las giras. Así que Moody, el principal causante del éxito mundial de Evanescence, abandonó el barco dejando a la señorita Lee a cargo de todas las canciones. Un golpe duro para Amy, sin duda.

La otra ruptura que fue primordial para la composición de este álbum, fue la ruptura amorosa de la vocalista y Shaun Morgan, líder y cantante de la banda Seether. Él fue el destinatario de gran parte de las letras de “The Open Door”. Pero es necesario entender toda la historia detrás de este pequeño escándalo en la industria musical. Amy y Morgan tuvieron un noviazgo bastante tóxico, plagado de comportamientos violentos y abusivos de parte del sudafricano, causados sobre todo por su alcoholismo. Lee aborda este tema sin tapujos en la canción más famosa del disco: “Call Me When You’re Sober”. O en “Lithium”, donde dice directamente: “No bebiste lo suficiente como para decir que me amas”. Afilada y descarnada la pluma de la estadounidense.

Tras casi diez años desde que oí este disco por primera vez, llegué a la conclusión de que si bien, es un buen álbum, no es tan sobresaliente como el debut “Fallen”. Pero sí que es mucho mejor que lo que vino después. El defecto que yo le veo a “The Open Door” es que arranca bien, hasta el track “Like You”, donde decae y no vuelve a remontar hasta “Your Star”.

Algo comprensible si sabemos que Amy Lee y el nuevo guitarrista Terry Balsamo recién empezaban a componer juntos e hicieron lo que pudieron tras el abandono de Moody. Aunque pudieron sacar el álbum adelante, no crearon una obra perfecta o de calidad notable, como su antecesor. Lo mejor de este disco está en la primera parte: por un lado, el single “Sweet Sacrifice”, de una belleza gótica indiscutible, sumado a ese videoclip espeluznante donde hay rojo por todas partes y Amy parece una vampiresa sacada de un libro de Sheridan Le Fanu. Es un comienzo fenomenal, porque más allá del poderío de la guitarra de Balsamo, Lee canta unos alaridos tremendos, con una clase impresionante considerando que este es solo su segundo disco con Evanescence. Temazo inmortal, de los más memorables de su repertorio.

Después sigue el controvertido hit “Call Me When You’re Sober” (que coreaban hasta mis compañeras de clase, que de rock y metal no sabían nada), un guiño sin el menor disimulo a su ex, Shaun Morgan. En el famoso video, la cantante aparece vestida de Caperucita Roja y el novio, con facciones lobunas y una copa de vino en la mano… Más autobiográfico, imposible. (De hecho, Morgan, que estaba en rehabilitación en ese momento, se enfadó por esto). Taylor Swift, no fuiste la pionera en despotricar en discos enteros contra un ex novio…. Amy Lee lo hizo antes.

Siguen las églogas dedicadas al corazón roto de la cantante, como “Weight of the World”, con sus hermosos coros góticos y ese ambiente lúgubre, tétrico y cautivante. Ni hablar de la voz, acá la señora Lee realizó la mejor interpretación vocal de toda su carrera. Por razones como esta, me atrevo a colocar a esta mujer entre mi top ten de cantantes favoritas, a la par de Tarja, Sharon o Manuela Kraller. No tendrá formación clásica, pero cómo transmite… le sabe sacar el máximo provecho a su voz grave de mezzosoprano, usando el falsete cuando hace falta, dando cátedra de canto en tracks como “Lithium”, “Your Star” o “Cloud Nine”. Una maravilla de vocalista. Si el mismo Ronnie James Dio la elogió…

“The Open Door” es un disco repleto de canciones tristes, intensas, viscerales, que desprenden dolor y furia a raudales… No es un disco fácil de oír y suena más auténtico y directo que “Fallen”, también más elaborado en cuanto a detalles orquestales, corales y de instrumentos más clásicos, poco quedó del coqueteo con el industrial de su debut… De ahí a que vendiera menos, claro.

Una de las canciones mejor trabajadas a nivel de producción es la inquietante “Snow White Queen”, la Reina Blancanieves, que hace alusión al acoso a su privacidad que sufrió Lee de parte de algunos fanáticos… La letra está escrita desde el punto de vista del acosador, lo cual es un recurso narrativo muy interesante. No sólo hay madurez en la música, sino también en la lírica, que es más personal y autobiográfica.

“Lacrymosa” es una de las joyas ocultas de este LP, basada en el “Réquiem” de Mozart, una de las últimas composiciones del legendario compositor austríaco, uno de los ídolos de Amy. No nos olvidemos que ella es de las pocas pianistas de formación clásica en este género musical. Pocas de mis vocalistas favoritas son pianistas, podría exceptuar a Tori Amos, pero no se dedica al rock y al metal. Me es difícil describir una canción como esta, creo que basta con escucharla… “No mentiré para mantenerte a mi lado. (…) Mi amor no fue suficiente…”. Cruda y desgarradora como pocas.

Hasta acá, “The Open Door” destila una contundencia fenomenal, pero vienen los problemas. Y los problemas se llaman “Like You” (enésima canción a su hermana fallecida, que empalidece ante maravillas como “Hello”), “Lose Control”, un poco exagerada, aunque entretenida y la soporífera “The Only One”, que no aporta nada relevante al conjunto. Acá es donde se nota la ausencia de Ben Moody, menos piano y más guitarras, querida Amy, que el oyente se nos duerme…. Por estas canciones no le pongo un puntaje sobresaliente al álbum.

Por suerte, la cosa va a mejorar al final, porque “Your Star” es una pequeña delicia gótica, dedicada a la ciudad de Lisboa, Portugal. Me llevó años agarrarle el gusto, pero los coros y la orquestación le suman enteros. Una de mis canciones preferidas de la banda.


So far away

It's growing colder without your love

Why can't you feel me calling your name?

Can't break the silence

It's breaking me

All my fears turn to rage


Una estrofa que resume de manera perfecta el contenido de “The Open Door”. Al final, cierra “All That I’m Living For”, de nuevo guitarras para levantar un poco el ánimo y la emotiva balada al piano “Good Enough”, en la que Amy le pregunta a su psicólogo y futuro marido, Josh Hartzler “¿Soy lo suficientemente buena para ti?”. La balada más honesta y sincera de toda la carrera de Evanescence. Un cierre esperanzador para un álbum desolador, triste y oscuro, repleto de dolor, melancolía y furia.

La portada es la mejor de toda su carrera, nadie luce un vestido victoriano tan bien como Amy Lee. Este es uno de los pocos discos que tengo en formato físico, regalado por un amigo mío, fanático de la banda. Un pequeño tesoro, que fue mi compañía en días duros, porque todos vivimos rupturas dolorosas como la vocalista estadounidense. “The Open Door” es ideal para hacer catarsis y descargar afuera todos esos sentimientos negativos que nos inundan. Además, las letras incisivas y descarnadas son geniales, espontáneas y reflejan bien las vivencias de Lee. Dio lo mejor de sí, a nivel de voz y en composición. Nada más provechoso para la creatividad que un corazón destrozado.

Para mí, es el último gran disco de Evanescence, nunca más volverían a repetir la magia de “The Open Door”. Y el despido sistemático de integrantes de la banda, tampoco ayudó. De la primera alineación, solo quedó Amy. A Moody, le siguieron todos los demás músicos. La expulsión de Jen Majura no augura nada bueno, porque el grupo se convirtió en una pequeña dictadura de la señora pálida de cabellos negros. Creo que el chasco que me llevé con ese mediocre “The Bitter Truth” fue uno de los motivos por los cuales rescaté este álbum. Para recordar los “old good times” de Evanescence.


Puntuación: 8,5/10.








Músicos

Amy Lee – Voz, piano, arreglos corales y programación adicional.

Terry Balsamo – Guitarra líder

John LeCompt – Guitarra rítmica

Will Boyd – Bajo

Rocky Gray – Batería


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