Evanescence - The Bitter Truth


 

Tracklist

1.«Artifact/The Turn» - 2:26

2.«Broken Pieces Shine» - 3:57

3.«The Game Is Over» - 4:22

4.«Yeah Right» - 3:30

5.«Feeding the Dark» - 4:21

6.«Wasted on You» - 4:24

7.«Better Without You» - 4:02

8.«Use My Voice» - 4:02

9.«Take Cover» - 3:17

10.«Far from Heaven» - 4:56

11.«Part of Me» - 3:59

12.«Blind Belief» - 4:09




Año: 2021

Rock Alternativo

Sello: BMG


Diez años pasaron desde el último álbum de estudio de los estadounidenses Evanescence, una de las bandas de rock alternativo con vocalista femenina más exitosas del mundo, algo que les trajo varios detractores que no les perdonan haber vendido millones de discos, salir en la MTV y ganar dos premios Grammy. El desprecio hacia este grupo viene más que nada de los fans puristas del metal sinfónico que se indignan cuando la gente que sabe poco del asunto se atreve a compararlos con Nightwish o Within Temptation. Sin tener en cuenta, que la banda de Amy Lee para muchos oyentes fue la puerta de entrada para el mundo de las mal llamadas bandas female fronted, dentro del metal gótico y sinfónico.

Por ejemplo, yo jamás hubiera conocido a los finlandeses de no ser por Evanescence, hasta la misma Tarja Turunen lo ha reconocido, el éxito de los de Arkansas los benefició para hacerse conocidos en países lejanos a Europa. Por relación o comparación, aunque sean erróneas, desde Evanescence yo he llegado a conocer a Nightwish, Epica, Within Temptation, Lacuna Coil, Xandria e innumerables agrupaciones con fémina al frente.

Regresando a la situación de la banda estadounidense, Amy Lee se tomó un largo descanso por su maternidad, se involucró en proyectos solistas como la composición de bandas sonoras (la película “War Story”) y singles para filmes (“Speak to Me”) lanzó un EP de covers y hasta un disco de música infantil, “Dream Too Much”, inspirado por su hijo pequeño, Jack.

Pero del regreso de Evanescence, salvo conciertos en algunos festivales, se supo poco y nada durante varios años. Tras la partida amistosa del guitarrista Terry Balsamo en 2015, por recomendación de Alex Skolnick de Testament, y el violinista Dave Eggar; ingresó como guitarrista rítmica Jen Majura (Equilibrium), oriunda de Stuttgart, Alemania. Me entusiasmé con esta nueva integrante porque tenía la esperanza de que la dejarían realizar aportes compositivos en las canciones, pero lamentablemente esto no ocurrió. Más de alguien con tanto talento como Majura, que ha grabado discos solistas y cuenta con prestigio dentro del ambiente metalero alemán.

Tras estos cambios, en 2017 Evanescence regresa al estudio de grabación y lanzan “Synthesis”; un disco de versiones orquestales de sus canciones clásicas, a las que la señora Lee no tuvo mejor idea que agregarle detalles electrónicos, arruinando gran parte de las mismas, además de incluir dos canciones inéditas. Hay algunas que se salvan, pero la mayoría pierden su esencia y encanto original. Exceso de ambición, en mi opinión. Como ese álbum pasó sin pena ni gloria, tenía las expectativas elevadas ente este lanzamiento.

Repasando un poco la historia de la banda, luego de la partida de Ben Moody en la gira del multiplatino “Fallen” en el 2004, la música de Evanescence no volvió a ser la misma. El debut de los americanos era un ejercicio de metal gótico con algunas influencias del nu metal y el alternativo, un disco coherente y perfecto de principio a fin, no una obra maestra, pero vaya que envejece bien y fue el causante de que en su momento hicieran furor entre los adolescentes y lograran el éxito y la fama internacional, con hits como “Bring Me To Life” y “My Immortal”.

No puedo decir lo mismo de su sucesor del 2006, “The Open Door”, que a pesar de ser más pesado, gótico y con una interpretación deslumbrante de Amy en las voces, le encuentro serias irregularidades en su tracklist, la segunda mitad, a excepción de dos o tres canciones, me da somnolencia. Se notaba el cambio total de formación, ya no queda ni un solo miembro original salvo su líder y la dupla Lee/Balsamo no fue tan fructífera como con la de su ex amigo Ben Moody.

Ya su tercer disco, el homónimo del 2011, deja todo el tenebrismo, el dolor y la melancolía de lado y los estadounidenses nos entregaron un LP de rock alternativo correcto y aceptable, con algunos temas notables, pero nada más. Lo tenían todo para dar un paso grande a nivel compositivo, pero tanta expulsión de integrantes terminó pasándole factura al grupo, como dijo Moody : “Evanescence ya no es Evanescence. Es la banda solista de Amy Lee con músicos de sesión”. De ahí a que ningún álbum suene parecido a otro y la calidad de los lanzamientos sea cada vez más irregular y carente de personalidad.

La portada de “The Bitter Truth” es bastante fea y poco original, pero bueno, pasemos a lo importante, qué contiene el álbum por el que nos hicieron esperar diez años. La introducción “Artifact/The Turn” contiene unos detalles electrónicos que no advierten nada bueno, da lugar a “Broken Pieces Shine”, donde lo más destacable es la gran labor del baterista Will Hunt. Tema gótico, oscuro, sombrío que rescata el sonido clásico de antaño, un buen track, de los pocos que me convencen del disco.

Pasamos al single “The Game Is Over”, simplón y aburrido a más no poder, Amy Lee tiene una gran voz de mezzosoprano, pero no alcanza. Demasiado lento, le falta encanto, dramatismo, ese halo espeluznante que había en canciones como “Snow White Queen” o “Cloud Nine”. Inclusive estaban más inspirados en el homónimo de 2011. Diez años de no juntarse a componer no ayuda, están poco frescos, perdieron dinámica, no sólo al principal guitarrista y compositor.

Ahora aparece el primer espanto de “La cruda realidad”: “Yeah, Right”, que me hace preguntarme… Pero ¿qué es esto? Ay no… nos contagiamos de Delain y Within Temptation, ni que se hubiera dado una vuelta por Holanda la señora Lee. Primero, ¡Qué letra más patética! “I’m a rockstar”, ay Amy, antes eras chévere, encima esos detalles electrónicos destrozan la canción. Había bodrios en el “The Open Door” (“Like you”,“The Only One”), pero esta gente jamás había compuesto una canción tan mala. Se siente la partida de Balsamo y me da la impresión de que a Miss Majura apenas la dejan meter cuchara. Mal ahí.

Otro de los tracks que se salvan es “Feeding the Dark” un refrito del “Snow White Queen” que es correcto, pero poco memorable. Esto es un apostar por lo seguro para agradar a los fans, pero le falta emoción, sentimiento y capacidad de emocionar y conmover al oyente.

Por desgracia, hay una trilogía de canciones de relleno que sobran y le restan al disco: “Take Over”,(con una letra filosa dedicada a Ben Moody) con sus toques industriales, aburrida y descartable,“Part of Me” y “Blind Belief”, que me dejan con una sensación de tristeza porque esta banda sí que sabía elaborar temas decentes. Ay Balsamo, ¿Por qué no te quedaste?

Entonces, ¿Hay algo que vale la pena escuchar? Sí, el single “Wasted On You” una semi balada dulce y agradable donde se luce la hermosa voz de Amy Lee, es comercial, pero no está mal. El videoclip fue grabado en plena cuarentena del 2020 por el Covid-19, con los celulares de los miembros de la banda dentro de sus casas, cumpliendo el aislamiento. ¡Menudos caserones tiene esta gente! La primera impresión que me dio es que no parecía una canción de Evanescence.

“Better Without You” es de lo mejorcito que podemos encontrar, con una letra afilada de Amy hacia su ex mánager de Wind Up Records, a quien ha denunciado hace varios años por estafa y acoso sexual. Sin embargo, los oyentes se quejaron de la pésima calidad de las mezclas de las pistas y de la producción. La mejor canción del disco es la balada,“Far From Heaven”, que, a pesar de no ser ninguna maravilla, cumple con creces.

Lo más decepcionante fue el single “Use My Voice”, que a pesar de su lírica de protesta anti Donald Trump, se queda a mitad de camino. El problema es el afán de Lee de cantar como una artista pop, con ese estribillo con rimitas ridículo y los coros, los coros fueron lo que más me indignaron. ¿Invitás a vocalistas del calibre de Sharon den Adel y Lizzy Hale a canturrear “Ohh” durante toda la canción, donde ni siquiera se distinguen sus voces?

Eso es tener un ego demasiado grande, no le costaba nada darle unas estrofas a Sharon. Lo que hubiera sumado a este álbum un dueto como la gente, como los que se marcaron Sharon y Tarja en “Paradise” de Within Temptation. Que yo sepa, Lizzy Hale la dejó cantar la mitad de su canción “Break In” y … ¿Así le devuelve el favor? No señor, muy fea la actitud, Amy se está convirtiendo en una diva como cierta pelirroja que no quiero nombrar…

“The Bitter Truth” es un disco nuevo de Evanescence que no da la talla, a ver, nunca fueron un grupazo de esos que generan devoción y admiración del ambiente metalero, pero dentro de lo suyo, no lo hacían nada mal. Una banda de rock alternativo con influencias góticas, comerciales sí, pero, aunque sea había canciones entretenidas y efectivas, se disfrutaba con su música o al menos yo lo hacía cuando era una adolescente.

Pero esta vez me decepcionaron, no se vale Amy, diez años de espera para entregarnos esto, un disco con electrónica, coros ridículos, canciones aburridas, flojas, que no tienen garra, potencia, sentimiento… ¿Dónde quedaron los solos de guitarra? ¿Dónde quedaron los coros lúgubres que me cautivaban? Las letras repletas de angustia, dolor, sufrimiento, corazón roto… no, la señora Lee nos canta que ahora es una rockstar, despotrica contra Trump cantando un tema electrometal digno de Taylor Swift (¡Pero me quedo con el “Miss Americana and the Heartbreak Prince”, toda la vida!), contra Ben Moody por “haber querido destruir Evanescence” y por atreverse a crear una banda llamada “We Are The Fallen”, aunque esos sucesos fueron hace muchos, muchos años. La tristeza y rabia impostada de algunos temas no termina de convencerme, parece una pose para que los fans nostálgicos compren el disquito.

La estadounidense siempre fue una enorme vocalista, a pesar de no tener formación clásica, encima es pianista y violinista. Sí, lo dice una fan a muerte de Tarja Turunen, Manuela Kraller, Floor Jansen y Cristina Scabbia. Pero a pesar de sus detractores, esta mujer sí que sabía transmitir emociones, te ponía los pelos de punta con sus alaridos de dolor en canciones como “Lacrymosa”, “Sweet Sacrifice”, “Haunted”, ni hablar de “My Immortal” y “Hello”, la desoladora balada que le dedicó a su hermana fallecida y que jamás interpretó en vivo.

Pero aquí Amy Lee parece otra persona. Salvo en una o dos canciones, no me transmite nada. Lo que fallaron son las composiciones y un intento desesperado por obtener éxito comercial, que es esa electrónica descarada de “Use My Voice” o “Yeah Right” que me chirría en los oídos… No alcanza con tener una voz bonita, si las canciones no son buenas, el álbum falla. Con discos como este, le terminaré dando la razón a los que odian a esta banda. Así no, Amy. Me duele escribir esto sobre una banda que amé en mi más tierna juventud, pero un disco como este es inaceptable, tremenda decepción.


Puntuación: 3/10









Músicos


Amy Lee – Voz principal, teclado, piano, programación

Troy McLawhorn – Guitarra líder

Jen Majura – Guitarra rítmica, coros

Tim McCord – Bajo

Will Hunt – Batería


Músicos Invitados


Deena Jakoub – Coros (track 8)

Lzzy Hale – Coros (track 8)

Sharon den Adel – Coros (track 8)

Carrie Lee – Coros (track 8)

Lori Lee – Coros (track 8)

Lindsey Stirling – Coros (track 8)

Taylor Momsen – Coros(track 8)

Amy McLawhorn – Coros(track 8)

David Campbell – Arreglos de cuerdas

Alan Umstead – Arreglos orquestales

Nashville Music Scoring – Orquesta

Nick Raskulinecz – Producción, mezclas y grabación.






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