PJ Harvey - Rid of Me

 El disco más crudo y visceral de Polly Jean, una de las mejores artistas del rock alternativo noventero. 



Tracklist

1.«Rid of Me» - 4:28

2.«Missed» - 4:25

3.«Legs» - 3:40

4.«Rub' til It Bleeds» - 5:03

5.«Hook» - 3:57

6.«Man-Size Sextet»- 2:18

7.«Highway 61 Revisited» (cover de Bob Dylan) - 2:57

8.«50ft Queenie» - 2:23

9.«Yuri-G» - 3:28

10.«Man-Size» - 3:16

11.«Dry» - 3:23

12.«Me-Jane» - 2:42

13.«Snake» - 1:36

14.«Ecstasy» - 4:26


Año: 1993

Punk Rock Melódico

Blues Rock

Alternative Rock

Sello: Island Records


“Rid of Me” es un disco difícil de escuchar y mucho más, de reseñar, porque es una oda al dolor, al despecho y a la desesperación, ya desde su elocuente título “Deshazte de mí”, Polly Harvey nos anuncia que este será un álbum más intenso y crudo que el anterior, repleto de emociones descarnadas que se harán patente en la interpretación de las canciones, algunas de ellas incluyen gritazos, alaridos de dolor, súplicas al amante cruel que la abandonó por otra mujer… (véase la letra “Rid of Me”, más autobiográfica, imposible.)

La británica no estaba pasando por un buen momento a nivel personal y eso se reflejó en las canciones. El cansancio que le provocó la gira promocional de “Dry”, sumado a factores como una mala alimentación, agotamiento físico y una ruptura amorosa con su novio de entonces, sumado a que el Colegio Central de Arte y Diseño de Saint Martins no la aceptara más como alumna, hizo que abandonara Londres y regresara a su Yeovil natal para curarse las heridas, haciendo lo que mejor sabe: componer música.

Así fue cómo se gestó el maravilloso “Rid of Me”, disco que además de ser un éxito comercial (inesperado por su parte, debido al sonido agresivo y poco accesible) cosechó la aclamación universal de la crítica y hasta el día de hoy es considerado una obra maestra, estando incluido en montones de listas de álbumes que uno debe escuchar antes de morir y demás. Pero no vine aquí a hablar de estadísticas, sino de lo que lo que podemos encontrar aquí y de las emociones que me genera este disco.

Si tengo que poner un LP de Polly para oír un día cualquiera, difícilmente sea éste, porque hay que estar predispuesto de un ánimo especial para escucharlo. Fue producido por Steve Albini, tiene un sonido crudo y agresivo, intenso, difícil de conquistar al oyente en su primera escucha, lo mismo ocurre con “Is this Desire” (1998), son álbumes que requieren más trabajo para el espectador, porque no son para nada “radioamigables”.

En la primera parte se encuentran las canciones más descarnadas, agresivas y repletas de dolor y tristeza; como “Rid of Me”, rock alternativo puro con una presente distorsión en las guitarras, con un canto que varía de los susurros a los gritos y súplicas desesperadas en segundos. Los gritazos furiosos alternados con los susurros hacen un contraste espectacular y todo adquiere mayor significado cuando uno lee la letra de la canción.

Polly sigue volcando toda su frustración y dolor causados por la ruptura amorosa con su novio de entonces en “Missed”, con una instrumentación más minimalista, influenciada por el blues, es una canción que transmite una tristeza infinita.

Si hay algo que me gusta de esta artista, es la capacidad que tiene de expresar sus emociones y sentimientos hasta el punto que uno puede sentir todo su dolor, lo cual me parece impresionante, capacidad que también se hará patente en “Legs”, la más descarnada y desesperante de todos los tracks que aparecerán aquí, por los alaridos y lamentos desgarradores de ella, una interpretación brutal, espectacular e intensa, que destila sufrimiento por los cuatro costados. Suena bastante más pesada y guitarrera que las anteriores.

Mi canción favorita de todo “Rid of Me” es Rub’ Til It Bleeds”, donde la británica da rienda suelta a sus emociones más salvajes o eróticas, por así decirlo: tema seductor, cautivante y pesado, parecido a los que aparecían en su álbum debut. Una maravilla de canción, con una guitarra distorsionada muy presente y la voz de Polly desarrollando toda su potencia. El primer temazo del disco, donde también resaltan el trabajo en el bajo y la batería, acoplándose a la perfección en el sonido de toda esta placa, en la que se nota la producción del señor Albini, porque este disco suena más grunge, guitarrero y crudo que el anterior.

Jamás catalogaría a PJ Harvey como “grunge”, pero que algunos aspectos de su música tenían bastante en común con ese movimiento, es indudable. No es casualidad que cuando Kurt Cobain y compañía buscaban productor para “In Utero”, Albini les mandara este disco, recién terminado, para que vean cómo podía llegar a ser su sonido. Así fue como el productor obtuvo el trabajo con la banda de Seattle.

Es curioso que, a la mitad del LP, el sonido de las canciones varíe, porque aparecen otras temáticas a nivel lírico y musical, podemos encontrar a “Hook”, un tema experimental que nunca terminó de engancharme del todo, el cover de Bob Dylan “Highway 61 Revisited” (que es de lo más pesado, guitarrero y accesible que hay a lo largo de esta placa) y la escalofriante “Man-Size Sextet", donde la misma Polly toca el órgano, el chelo y el violín.

Aquí es donde se hacen patentes las letras feministas que ella siempre negó haber escrito (por temor al rechazo de la crítica y el público, por supuesto), pero que son evidentes, “Talla de Hombre”. ¿Qué nos quiere decir con eso? Que cada cual saque sus propias conclusiones. Lo mismo sucede en los singles “50ft Queenie”, de claro ambiente punk y la versión estándar de “Man–Size”, donde el sonido es limpio y cristalino, muy básico: guitarra, bajo y batería, pero tiene una contundencia y crudeza que varias colegas le envidiaron. Los videoclips también valen la pena, porque son muy artísticos y modernos para lo que era la época, 1993. Toda una adelantada la señora Harvey.

Como en toda obra maestra, “Rid of Me” es un álbum que no te da respiro y que no decae cuando está llegando al final, temas como la guitarrera “Yuri G” (podría haber estado en el “In Utero” de los Nirvana), “Me–Jane”, tienen un sonido potente y pesado, que se hace patente en “Snake”, de menos de dos minutos: punk furioso y desatado, repleto de un canto sucio y gritón, en la mejor tradición clásica. Una breve declaración de principios.

La canción más relajada y alegre de todo el conjunto es “Dry”, que por su cadencia blusera podría haber estado en el disco debut, aun así, los punteos a las seis cuerdas son fantásticos, pero la joya de la corona se la lleva “Ecstasy”, de ambiente inconfundiblemente blues, me recuerda al primer disco de Led Zeppelin, pero en versión ‘90. La voz de contralto de la señora Harvey suena desgarradora, acompañada de una guitarra potente y distorsionada.

Aunque este no es mi álbum predilecto de la compositora y guitarrista británica, no puedo negar que lo que tengo enfrente es una auténtica obra maestra, un disco clásico que traspasó décadas y fronteras y que posee una calidad extraordinaria. Si con “Dry”, Polly Harvey ya apuntaba maneras y demostraba su talento, acá se alinearon las composiciones, la inspiración, la producción para que “Rid of Me” se convierta en lo que hoy es.

Aquí encontraremos música auténtica, cruda, expresiva y repleta de sentimiento a más no poder: dolor, tristeza, despecho, sufrimiento, erotismo, furia, pensamientos, desesperación… La música es simple, sencilla, no hay virtuosismo aquí, pero lo que hace grande a este disco es la enorme cantidad de sensaciones que desprende y le provoca al oyente. Podemos sentir su dolor, su rabia, frustración, deseo, su ironía… pocas artistas consiguen lo que logró esta mujer.

¿Qué me provoca escuchar el “Rid of Me”? De todo, es imposible no empatizar con la música que nos propone Polly Harvey: tristeza, melancolía, lástima…. La lista es larga. Pero como soy una persona muy reservada a la que no le gusta decir lo que siente (o no me siento cómoda, tal vez), prefiero que la artista que estoy escuchando lo diga por mí. Cada cual sabrá lo que le provoca esta placa, en lo personal, no es música ligera para escuchar todos los días. Pero cuando decido ponerlo en el equipo de música, sé lo que voy a encontrar: uno de los mejores discos que escuché en la vida, por la autenticidad y honestidad que solo los grandes músicos y artistas saben ostentar.


Puntuación: 10/10









Músicos


PJ Harvey - voz, guitarra, órgano, chelo, violín, productora (pista n° 6).

Steve Vaughan - bajo.

Rob Ellis - batería, percusión, coros, arreglo, productor (pista n° 6).

Steve Albini - productor, ingeniería, mezcla.

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